La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha redactado ya su escrito de acusación en el caso de la agresión sufrida por dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) que el Tribunal Supremo declaró que era de carácter terrorista. El fiscal José Perals solicita un total de 50 años de cárcel para cada uno de los siete acusados por participar en la paliza, informaron fuentes jurídicas.

El ministerio público solicita 12 años y medio de cárcel por cuatro delitos de lesiones terroristas (una por cada agente y sus respectivas parejas) para siete de los acusados, lo que suma una petición de 50 años de cárcel para cada uno de ellos. Para una octava acusada pide una única pena de 12 años y medio de prisión por un delito de amenazas terroristas.

La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela declaró ya el pasado mes de noviembre que los agresores de los guardias civiles atacados en Alsasua (Navarra) el pasado 15 de octubre tenían como objetivo "crear un clima de miedo" e "influir ostensiblemente y de manera negativa en la calidad de vida" de los agentes, para que tanto ellos como sus familiares lleguen "a tener miedo o dificultades para realizar actividades tan cotidianas como realizar compras en comercios, poder disfrutar de tiempo libre en compañía de la pareja o apuntar a sus hijos a actividades" extraescolares.

TERRORISMO

La magistrada consideró que lo sucedido no eran eran solo delitos de atentado y lesiones, sino también de provocación a la discriminación, odio y violencia contra grupos, en concurso con terrorismo. La Audiencia Provincial de Navarra descartó esta interpretación y reclamó para sí la investigación. Finalmente fue el Tribunal Supremo el que entendió que la agresión era terrorismo y declaró la competencia de la Audiencia Nacional.

La resolución explicaba que el 15 de octubre, un teniente y un sargento de la Guardia Civil se encontraban con sus parejas en el bar Koxka, cuando pasadas las tres de la madrugada llegaron allí dos de los acusados. Se encararon con los agentes y les dijeron que no tenían derecho a estar ahí. Las entre 20 y 25 personas que estaban en el bar procedieron a rodear a los agentes, mientras les insultaban y les gritaban "iros de aquí" hasta que empezaron a golpearles.

Los guardias y sus parejas salieron y en la calle se encontraron con otro grupo de entre 15 y 20 personas que también les insultaron y les pegaron hasta que una pareja de la Policía Foral consiguió detener a los agresores.