Los restos mortales del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, serán repatriados en un vuelo regular desde Argentina hoy, lunes, y llegarán a España en la próxima madrugada. El puesto del fallecido será ocupado de forma provisional por el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Luis Navajas, según establece la ley. El nombramiento de su sustituto definitivo se demorará al menos unas dos o tres semanas debido a los trámites a los que obliga la normativa.

Maza, de 66 años, falleció el sábado de forma repentina debido a un proceso infeccioso renal agudo agravado por una patología crónica, si bien no se le ha realizado la autopsia. El máximo responsable del Ministerio Público desde hace poco menos de un año había sido ingresado en la Clínica Bazterrica de la capital argentina, en la que se encontraba con motivo de la asamblea de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP).

Mariano Rajoy envió un telegrama a su familia -su mujer se encontraba con él y su hijo y un hermano han viajado a Argentina- para trasladarle su pésame. El presidente destacó su «independencia y sereno rigor doctrinal» y lamentó la pérdida de un «extraordinario» fiscal general y un «insigne jurista y servidor público que ha dedicado su vida al servicio de la Justicia».

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, subrayó que su desaparición de produce en un momento de «especial dificultad, un momento crítico», el peor que ha tenido que afrontar ningún fiscal general en democracia, «que ha sido el desafío en el que las instituciones catalanas se han colocado fuera de la ley». Frente a ello, alabó, Maza defendió el Estado de Derecho «con firmeza” y como elemento de convivencia.

En la misma línea se pronunció la Asociación de Fiscales: «Le tocaron malos tiempos: hubo críticas, desacuerdos, incluso malas formas cuando de él se hablaba, pero siempre tenía la misma respuesta: es la ley, es el derecho». Y el ministro de Justicia, Rafael Catalá, para quien Maza era un «un hombre consciente del enorme tesoro» que tienen los españoles, la Constitución. «Luchó por protegerla desde la razón, la ley y el sentido común, porque solo desde la inteligencia se sabe que una sociedad no puede dilapidar lo que con tanto esfuerzo costó conquistar: nuestra convivencia y una democracia estable, fuerte y solidaria».

El papel de Maza en el conflicto catalán, presentando querellas por delitos de rebelión, sedición y malversación contra el Gobierno de Carles Puigdemont y la Mesa del Parlament, ha provocado que desde ciertos ámbitos independentistas su fallecimiento haya sido celebrado en Twitter. «Descanse en paz, Fiscal Maza, piense que el cielo es como la cárcel de Estremera, a más de uno ya le gustaría tener esos privilegios», escribió Bernat Castro, exasesor del diputado de ERC Gabriel Rufián. El dirigente de Podem Cristian Fernández, cuyo partido le ha abierto un expediente de expulsión, ilustró la noticia de su muerte con dos copas de champán y posteriormente tuiteó: «Muere un represor y no podemos hacer sátira. Volvemos a tiempos oscuros». Arran, organización juvenil vinculada a la CUP, publicó el mensaje «Fins mai, Maza» junto a una foto cabeza abajo del fiscal.

También a través de la red social, el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, adviritó que «mofarse de la muerte de una persona es algo mezquino, cruel e intolerable. No hay impunidad para los insultos y el odio en las redes sociales». El presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, apuntó que estudiará si hay base para denunciar este tipo de tuits.