El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz aseguró ayer que «nunca existió una policía política» encargada de investigar a los partidos y sus dirigentes y por tanto «nunca hubo voluntad política» de investigar a Podemos ni a otros partidos, aunque reconoció que pudieron producirse errores en el conocido como informe PISA (referido a Pablo Iglesias) elaborado por la Policía.

Fernández Díaz quiso ser contundente en esta afirmación al responder sobre este asunto a la portavoz de Podemos, Irene Montero, en la comisión del Congreso que investiga el supuesto uso partidista de los medios de Interior cuando él era ministro para perseguir a políticos soberanistas.

«Rotundamente» negó Fernández que ordenara investigar a Pablo Iglesias y explicó que lo único que hizo la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) es recoger, de «fuentes abiertas», informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre la financiación de Podemos.

Un informe que la UDEF remitió a la Fiscalía y al órgano fiscalizador de las cuentas de los partidos. En cualquier caso, no se hizo ni con el conocimiento del entonces ministro ni con su autorización. «Rotundamente no», recalcó Fernández Díaz antes de subrayar que no ha tenido constancia de que haya habido investigación alguna a Podemos. «No ha habido ninguna voluntad política de investigar ni a Podemos ni a ninguna fuerza política; en todo caso conductas potencialmente delictivas que hayan afectado a personas concretas», dijo.

El diputado de ERC Gabriel Rufian quiso convertir la comisión de investigación al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz en un ring y poner sobre las cuerdas al exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña Daniel de Alfonso, en una pelea con un arbitraje tibio que permitió repartir golpes bajos.

«Hasta pronto, gángster. Nos vemos en el infierno». Con esas palabras zanjó Rufián el duro cara a cara que mantuvo con De Alfonso, no exento de graves insultos y que se le fue de las manos al presidente de la comisión, el nacionalista vasco Mikel Legarda, que no paró a tiempo el tenso diálogo.

La contundencia de Rufián, que llamó a De Alfonso de todo, desde corrupto, hasta gallo, lacayo, conspirador o mamporrero, levantó murmullos y reproches en la sala Cánovas del Congreso, que ayer acogió la primera sesión abierta de la Comisión.

Don Vito Corleone y demás protagonistas de la película El Padrino salieron de la boca de Rufián y enervó tanto a De Alfonso que éste no pudo evitar espetarle: «Usted está haciendo honor a su nombre». «Usted seguramente también», le respondió el diputado soberanista.

BATERÍA DE PREGUNTAS / Y a una velocidad de vértigo, Rufián formuló a De Alfonso, entre insulto e insulto, diez preguntas sin darle casi tiempo a responder a su contrincante en el improvisado ring. «Si tiene agallas… tan gallo como es…» Con esta coletilla, Rufián formuló al exdirector de la oficina catalana preguntas como: «¿le da a usted vergüenza?», «¿es usted un conspirador?» o «¿sigue conspirando desde su plaza de juez en Cantabria?». Harto de la actitud del diputado, De Alfonso, que pidió al presidente de la comisión que tomara cartas en el asunto, llegó a contestar a esa tercera pregunta: «Cada día». Y otro ejemplo de esta parte del interrogatorio: Rufián: «La corrupción es usted». De Alfonso: «No, la corrupción seguramente sea más usted que yo».

Al final del interrogatorio del diputado de ERC, los dos interlocutores se despidieron con otras frases gruesas.