Ciudadanos catalanes, por lo menos viven y trabajan en Cataluña desde hace años, asisten a la convocatoria de referéndum de este domingo con escasa voz y menos voto. Son extranjeros. Pese a que China ha aportado las urnas, han sido compradas en el gigante asiático, lo cierto es que la comunidad de ojos rasgados vive con cierto desapego y mayor prudencia el referéndum.

En los alrededores de la sede de la ANC en Barcelona, en la plaza de la Indústria, son muchos los comercios regentados por extranjeros (un 40%, a ojo). Preguntados por el referéndum en un bazar chino de la avenida de Maria Claret, indefectiblemente enarcan las cejas y dan un paso atrás. La propietaria lleva una decena de años en España. "Lo veo bien", dice sobre el referéndum, pero se niega a dar su nombre. En su local, uno de esos típicos chinos familiares de puerta pequeña y modesta e interiores inacabables, están a la venta banderas independentistas y españolas, bien juntas, cerca de la caja. Una muestra de equidistancia. Ante el intento de profundizar, asegura que no vota y zanja la cuestión con "no entiendo".

Ya es mucho. Los chinos aborrecen la negativa y prefieren dar gato por liebre a decir que 'no'. La palabra 'no' se conoce aproximadamente a las cuatro semanas de estudiar Chino. 'Bu', pronunciado 'pu', sería algo parecido, pero su sentido real no suele ser tan taxativo. Quizá por esa concepción propia de la negativa, lo del referéndum no cuela en exceso. Otro intento de interlocución, algo más abajo de la sede de la ANC, lleva a idéntico resultado comunicativo con diferente protagonista. Chi Me, aunque se niega a deletrearlo, también tiene banderas a la venta. "Se venden, pero poco", asegura. Lleva ocho años en España y sonríe afablemente mientras elude respuestas. Acaba con el "no entiendo" de rigor. Al final dice algo así como "mejor unidos, no crees".

Chua Nsi es un padre de familia más integrado en el barrio de la ANC que la mayoría de sus compatriotas. Llegó hace 16 años al vecindario y es buen conversador. "El referéndum no va a conseguir nada, mejor sería gastar lo que cuesta en Sanidad y Educación". Tiene dos hijos, dos catalanes de ojos rasgados, a los que quiere que no le falte de nada. "Soy un poco comunista, y siempre me enseñaron que juntos es mejor". La cuestión es que como la mayoría de chinos no puede votar, porque asumir la nacionalidad supondría dejar de ser Chino. En cualquier caso defiende que vivir en un lugar implica integrarse. "No entiendo porque vienen tantos chinos a Catalunya y a España si después no quieren hablar castellano o catalán e integrarse". El caso es que Chua Nsi trabaja muchas horas al día en su restaurante japonés, pero le gusta también tomarse unas tapas en el barrio. "No se que ocurre que a los chinos que hacían buenas tapas. Se les está olvidando". "Este domingo será un día normal y corriente, respeto a los catalanes y solo espero que cualquier gobierno sea sensible a la sanidad y a la educación".

Éverson Fernández es boliviano y tiene un comercio de verduras próximo a la ANC. En su caso, el referéndum de este domingo es para tomárselo en serio. "No es cuestión de independencia, es cuestión del derecho a votar". Piensa estar a primera hora de este domingo ante un colegio electoral. "Creo que hace un par de años un referéndum hubiera salido que 'no' a la independencia, pero ahora hay muchos catalanes que votarán 'sí'". Culpa de la situación al Gobierno de Rajoy: "Entre mis clientes la situación estaba equilibrada, pero ahora está ganando el sí", explica en su percepción cotidiana de la ciudadanía.

Zaid Ansar es pakistaní y propietario de varios comercios en Barcelona. Durante 12 años convivió con una catalana y hace poco tiempo se ha casado con una compatriota. Ama Cataluña y si pudiera votar lo haría. "En mi país no sabemos al salir de casa si volveremos sanos y salvos. Aquí vivo mejor". No es un emigrante económico. Ha elegido vivir en Cataluña, con sus locales cerca de la ANC. La religión no es un problema, dice, para su integración. "La ética de las buenas personas es la misma", asegura. "Cataluña es un trozo de oro dentro de España, si fuera independiente creo que sería mejor pero dependiendo de quien mande".

La comunidad italiana en la zona también es sorprendentemente importante. Preguntado qué Cataluña quiere para su hija nacida en Barcelona, Mario, de Turín, dice que su familia se adaptará a lo que sea, "pero que conste que mi hija es italiana, que lo tenga claro".