El que fue responsable de Asuntos Internos, el comisario Marcelino Martín-Blas, no tuvo reparos este viernes en calificar de "mentira rotunda" la versión ofrecia ayer por su superior, el que era número dos de la Policía Eugenio Pino. El testigo declaró ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que ni siquiera había visto el pendrive del 'caso Pujol' con el que se hizo el informe policial de abril de 2016, puesto en cuarentena por el magistrado al dudar de la procedencia de la información que contiene.

En una declaración calificada de muy sólida por fuentes presentes, a diferencia de la ofrecida ayer por Pino, Martín-Blas no sólo negó que le hubiera dado a Eugenio Pino el pendrive con datos sobre la familia Pujol, sino que dijo que nunca lo había visto. Y una vez negado el extremo más importante de su comparecencia fue encadenando un desmentido tras otro y, además, aportando con datos para respaldar sus palabras, lo que fue valorado muy positivamente por las partes en contraposición con el testimonio que ayer ofreció el que fue su superior.

Además de su explicación de cómo se incluye en los registros internos policiales cualquier aportación de información que se hace a un superio -práctica que habría utilizado con Pino si le hubiera dado el pendrive-, Martín-Blas dio una justificación a por qué el exnúmero dos le había implicado en el caso de las malas prácticas policiales.

Según el exresponsable de Asuntos Internos, él, en su condición de responsable de la comisión judicial que investiga el 'caso del Pequeño Nicolas', solicitó la imputación de Pino y del comisario José Manuel Villarejo, ya jubilado, por la grabación que le hicieron en su despacho mientras hablaba con dos agentes del CNI en relación a Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Y esa imputación en la causa que permitió conocer la guerra entre comisarios y la operación Cataluña no le ha sido perdonado.

NUNCA INTERVINO EN EL 'CASO PUJOL'

Martín-Blas también fue tajante ante el juez De la Mata en negar haber participado alguna vez en la investigación del 'caso Pujol'. Explicó su participación en la investigación relativa a la agencia de detectives Método 3 por la grabación que realizaron en el restaurante barcelonés de La Camarga durante una comida que mantuvieron la expresidenta del PP catalán Alicia Sánchez-Camacho y Victoria Álvarez, ex novia de Jordi Pujol Ferrusola. Sostuvo que se circunscribió a lo relativo a dos policías que aparecían implicados en los hechos.

Además, participó en el registro que se hizo en la sede madrileña de la agencia, pero aseguró que los documentos intervenidos nunca fueron examinados por ellos, sino que se precintaron y se remitieron a Barcelona para su inclusión en la causa judicial entonces abierta.

Y situó en ese momento cuando dos exempleados de la agencia empezaron a colaborar con ellos, pero nunca a cambio de un salario. Según Martín-Blas, se les pagó el billete de AVE a Madrid y se les invitó a comer en una comida en la que no se sobrepasaron los 20 euros.

SÓLO SUPO DEL PENDRIVE TRAS SU PÉRDIDA

Según el exresponsable de Asuntos Internos, en un momento determinado, en julio de 2016, una tercera persona le llama para asistir a una reunión con el comisario Pino, que acababa de abandonar la Dirección Adjunta Operativa, relacionada con el pendrive. Sostuvo que sólo fue porque le llamaba esa otra persona, ya que Pino ya no era su superior. En ese encuentro le preguntaron si sabía algo de un lápiz de memoria extraviado. El testigo declaró ante el juez que fue la primera que supo de la existencia del pendrive.