Esperanza Aguirre dimite. Dice asumir su “responsabilidad”por no haber sabido imponer controles en su partido frente a la corrupción. El ‘caso Púnica’, basado en los movimientos de una trama cuyo cabecilla, Francisco Granados, fue antaño hombre de su máxima confianza y ahora está entre rejas, va tomando forma definanciación ilegal. Ella, en vísperas de que la bola de nieve se haga aún más grande, deja la presidencia del PP de Madrid. En próximos días se difundirá parte del sumario sobre este asunto que permanecía secreto. Además, en la la madrileña calle Génova se da por cierta una información adelantada por elespañol.com sobre que el ‘socio’ de Granados e investigado en dicha operación, David Marjaliza, podría haber llegado a un pacto con la fiscalía para poder salir de prisión a cambio de haber ‘tirado de la manta’.

Según parece, Marjaliza habría ayudado a las autoridades judiciales ainterpretar unos documentos de Granados en los que se apuntaría, entre otras cosas, que el yerno del empresario de la construcción Villar Mir habría hecho llegar al PP madrileño casi dos millones en dinero negro. Siempre con la inestimable colaboración de quien fuera consejero, Granados y, aquí el dato clave, secretario de organización del partido en la región. De ahílos registros que el jueves se realizaron en la sede del PP y los despachos y domicilio de Javier López Madrid. En todo caso Aguirre sostiene que si dimite no es porque se sienta “culpable” de nada ilegal, sino por no haber sabido “elegir” y “vigilar” a algunos de sus cargos relevantes. Y que tampoco teme “nada”.

Pero como casi siempre que Aguirre da un paso político arriesgado -es susegunda dimisión, después de abandonar en 2012 la presidencia de la comunidad-, llueven sospechas de ‘gato encerrado’. Haya o no segundas o terceras intenciones en la maniobra de la ‘lideresa’, lo cierto es que la dirección del partido disparó al aire en las últimas 72 horas avisos por boca de los vicesecretarios de Rajoy,Javier Maroto y Andrea Levy, que exigían “purga”. Refiriéndose de forma literal a todos los casos corruptos que acechan al PP, madrileños o valencianos, sí, pero curiosamente haciendo declaraciones de tal calado después de los registros en los despachos contiguos al de Aguirre y no antes. La secretaria general, Dolores de Cospedal, también colaboró lo suyo.

GANAS DE UNA GESTORA

Ha quedado en evidencia que ir preparando el camino de salidapara Aguirre resultaba más fácil que hacerlo con Barberá. Por lógica, Rajoy le tenía también más ganas: mientras la regidora valenciana le prestó ayuda inestimable para hacerse con las riendas del PP en elcongreso de Valencia de 2008, Aguirre amagó con disputárselas para mandar ella. Desde entonces ambos se han enfrentado por multitud de cuestiones, algunas de tanta enjundia como la dirección de Bankia, donde el jefe terminó imponiendo a Rodrigo Rato.frente a Ignacio González, la opción que defendía la presidenta (un político que dimitió también hace un mes en secreto, por cierto, para estupefacción de 'Génova' que se enteró este domingo).

Ya en esa disputa por el control de la que en aquellostiempos era Caja Madrid, la cúpula conservadora trató de imponer en el PP de Madrid una gestora con Ana Mato a la cabeza. O eso es al menos lo que sostienen los ‘aguirristas’. Hubo unsegundo intento, más reciente y más difícil de disimular: cuando antes de las municipales de mayo de 2015, Cospedal telefoneó a Aguirre para confirmarle que sería candidata a la alcaldía, pero que a cambio debía ceder la presidencia del partido a una gestora. Se negó y el escándalo se hizo público, lo que provocó que la dirección del PP diera un paso atrás en sus intenciones.

La posibilidad y sobre todo las ganas de desplazar a la veterana dirigente con una gestora no había desaparecido de la agenda del equipo de Rajoy. Probablemente el tema volvió a escalar posiciones en la lista de ‘probables medidas a adoptar’ a raíz las últimas noticias sobre el ‘caso Púnica’. Tras la dimisión, será la decisión de transición que se adopte. En su dirección podrían estar o Juan Carlos Vera o Pablo Casado, según fuentes populares, por ser dos cargos del partido capaces de tender puentes entre el PP nacional y el regional (donde la 'lideresa' sigue teniendo mucho partidario). En las manos del elegido estará preparar la transición hacia un congreso que tendrá lugar en los próximos meses y que nadie duda que le dará los mandos de la organización regional a Cristina Cifuentes, persona de confianza de Rajoy. Especialmente, de su vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría.

MENSAJE 'REGALO' PARA RAJOY

En todo caso Aguirre se va un poquito más, pero no del todo. Se mantiene como jefa de la oposición del ayuntamiento de Madrid. Desde allí no es descartable que dé quebraderos de cabeza a Rajoy, el que se enteró de que ella dimitiría un rato antes de que sucediera. Y el que este domingo tuvo que oir como su compañera aseguraba con toda intención que su jefe la "entendía" en eso de tener que asumir "responsabilidades" por no saber controlar el partido (regional).Y que no es tiempo de "personalismos" sino de sacrificios. ¿Acuse de recibo para ese líder del PP al que algunos le sugieren que dé un paso atrás?. Barra libre para interpretaciones.