El Gobierno de España declaró ayer «persona no grata» al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, en «estricta reciprocidad» con la decisión de Nicolás Maduro de expulsar al embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández, que tiene 72 horas para abandonar el país. En el caso de Isea no tiene que dejar Madrid porque ya fue llamado a consultas, como medida de protesta.

El portavoz del Ejecutivo español, Íñigo Méndez de Vigo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, «lamentó» la decisión de Maduro y argumentó que, «ante medidas de este calado», el Estado responde en «estricta aplicación del principio de reciprocidad» y de «forma proporcional». El dictador venezolano declaró el jueves «persona no grata» a Jesús Silva, ante las presuntas «agresiones» e «injerencias» del Gabinete de Mariano Rajoy en Venezuela. Maduro acusó a Madrid de haber liderado la iniciativa europea de imponer sanciones a siete altos cargos del régimen, entre ellos el número dos, Diosdado Cabello, siguiendo las «infames instrucciones» de EEUU.

La expulsión mutua provoca la mayor crisis diplomática entre España y Venezuela de la historia. Las relaciones entre ambos países se tensaron con la llegada de Hugo Chávez al poder, y desde entonces, especialmente con el Gobierno del PP, no han hecho más que empeorar. El episodio más crítico hasta ahora fue, no obstante, en la etapa del Gobierno socialista cuando, en el 2007, en una cumbre Iberoamericana el rey Juan Carlos espetó a Chávez el famoso «¿Por qué no te callas?».

España podría haber optado por rebajar la tensión y exigir la salida de diplomáticos venezolanos de menor rango, pero ha preferido aprobar una medida excepcional de protesta que solo se ha tomado en tres ocasiones en la última década: cuando se echó al embajador de Corea del Norte el pasado septiembre; cuando se expulsó al sirio, en mayo del 2012, y al libio, en junio del 2011.

En apoyo de España, el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, calificó ayer de «atropello» la expulsión del embajador español. Por su parte, el Gobierno de Nicolás Maduro aseveró que «Venezuela ha actuado en defensa de su soberanía». El ministro de Exterior venezolano, Jorge Arreaza, manifestó: «Llama la atención la victimización hipócrita del Gobierno español, procurando solidaridades, tras liderar una red de ataques y sanciones contra Venezuela, para dinamitar el diálogo (con la oposición) y generar violencia, siguiendo órdenes de Trump», según informa Abel Gilbert.

Y es que el chavismo responsabiliza particularmente a España de las recientes sanciones contra Venezuela adoptadas por la Unión Europea (UE) y que se suman a las ya vigentes de Washington, y que tienen fuerte impacto en la economía.

CONDENA DE LA UE / A la Unión Europea no le ha pasado en absoluto desapercibida la expulsión del embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández. Ayer mismo condenó «con firmeza» la decisión de las autoridades venezolanas de «declarar persona no grata» al representante español, informa Silvia Martínez desde Bruselas.

«Expresamos nuestra plena solidaridad con España y urgimos a revertir la decisión, porque va contra la necesidad de mantener abiertos los canales diplomáticos abiertos», advirtió la portavoz de la alta representante para la política exterior de la UE, Federica Mogherini.