"En 18 meses dejaré mi escaño para regresar a la república catalana", proclamaba Gabriel Rufián en diciembre del 2015, nada más ocupar por primera vez su asiento en el Congreso. Pero la independencia se ha declarado (en vano) y el diputado de ERC sigue en Madrid, junto a sus ocho compañeros de bancada y a los ocho representantes del PDECat, la otra formación que suscribió el viernes la DUI. Ni unos ni otros parecen dispuestos a abandonar la capital de España y regalar la voz de Cataluña en las Cortes a las fuerzas contrarias a la secesión, aunque ello suponga una incoherencia en el discurso.

Los diputados y senadores del PDECat mantienen una actitud prudente. La tendencia general es la de acatar las órdenes que les lleguen de la dirección del partido. Los hay dispuestos a renunciar al acta de diputado o de senador si así lo decide la cúpula de la formación, pero el pronóstico tiende a lo contrario. Es decir, a mantener el puesto.

Altavoz y votos

Y eso es así básicamente por un motivo: lo que desearían el PSC, el PP y Ciutadans es que el independentismo no tuviera presencia en Madrid. Por tanto, afirman fuentes del grupo del PDECat en las Cortes, lo que toca ahora es hacer justo lo contrario. Así pues, a la espera de una decisión formal definitiva de la dirección del partido, que se reúne este lunes, la opción que gana enteros es la de aguantar el altavoz y los votos que suponen los escaños en el Congreso y el Senado.

ERC tiene nueve diputados y 12 senadores. El PDECat, ocho diputados y cuatro senadores. Los republicanos seguirían el mismo patrón que los posconvergentes y se decantan por mantener a sus cargos en las Cortes. El salario base de un diputado es de 2.843 euros brutos al mes en 14 pagas, cantidad a la que hay que sumar un complemento de 1.842 euros mensuales para quienes no pertenecen a la circunscripción de Madrid.