Aseis días de la votación de la que saldrá el nuevo líder del PSOE, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López se miden hoy en un debate sobre el rumbo que debe tomar su partido en uno de los momentos más críticos de su historia, con la herida aún sin cerrar de la abstención a la investidura de Rajoy. La fuerte movilización de la militancia, constatada en la recogida de avales, y la polarización entre sanchistas y susanistas apunta a un debate de gran expectación por el cara a cara que supone entre el exsecretario general y la presidenta andaluza.

El debate será en el salón de actos de la sede de Ferraz y comenzará, según el PSOE, «a partir de las 12.15, y por espacio de hora y media aproximadamente». Los tres candidatos llegarán de manera escalonada y serán recibidos en el vestíbulo por el presidente de gestora, Javier Fernández. Después, subirán a la tercera planta del edificio donde disponen de un despacho cada uno.

La expectación es tal que hay 200 profesionales de 85 medios acreditados. Al salón podrán acceder siete personas de cada una de las candidaturas y un redactor de cada medio de comunicación acreditado. Y la señal que facilitará el PSOE estará servida por seis cámaras de TV. El canal 24 horas de RTVE lo emitirá en directo.

MODERACIÓN / Susana Díaz ha dicho que espera que sea un debate «entre compañeros» y Pedro Sánchez ha prometido una intervención de «guante blanco», porque el error que los dos están llamados a evitar es el de perder los nervios. Sus equipos admiten que un enfrentamiento de máxima tensión entre Díaz y Sánchez podría beneficiar a Patxi López.

En el entorno de Díaz reconocen que ésta es «impulsiva» y que tiene «carácter», pero garantizan que mantendrá un tono «positivo» para ofrecerse a liderar un «proyecto que ilusione a la sociedad». Destacan la experiencia de gestión, la trayectoria política y su conocimiento del partido y de España, y confían en su «capacidad de improvisar».

La «coherencia» a la hora de «decir lo mismo en todas partes y en todo momento» será otra de sus bazas, frente a un Sánchez cuyos vaivenes ideológicos constituyen su talón de Aquiles.

Éste, no obstante, podrá esgrimir que su coherencia es la de haber dimitido de todos sus cargos para «no traicionar al PSOE permitiendo un gobierno corrupto y antisocial como el de Rajoy» y que es un líder «capaz de adaptarse a la realidad, en vez de ir en dirección contraria», apuntan en su equipo. Sánchez representa una posición más crítica con determinadas actuaciones del socialismo español, por ejemplo la gestión de la crisis por parte del Gobierno de Zapatero y la reforma junto al PP del artículo 135 de la Constitución.

También en política territorial hay matices que sitúan a Díaz en una posición más centralista que la de Sánchez, aunque es en el modelo de partido que éste defiende donde aumentan las diferencias. El autodenominado candidato de la militancia cree que las consultas a las bases de los acuerdos de gobierno deben ser «obligatorias» y que la pérdida de influencia del Comité Federal en favor de éstas es imparable.

Por su parte, Patxi López se dirigirá sobre todo a los militantes «hartos de tanta división».