Los abogados de Ratoy Blesa eligieron la vía de debilitar los argumentos de la acusación. Los encargados de argumentar ante el tribunal la inocencia de sus defendidos, los expresidentes de Caja Madrid, reiteraron este viernes la inconsistencia legal de las pruebas de la acusación y cargaron contra elFROB y Bankia. Las acusaciones particulares, enmarcadas en el juicio contra los 65 usuarios de tarjetas opacas de la entidad, intentaron desacreditar los argumentos de la acusación y envolver de normalidad los gastos en los que incurrieron los acusados.

Ambos letrados han coincidido en que no ha quedado acreditada ni la apropiación indebida ni la presunta administración desleal achacadas a sus representados, ya que la principal prueba del caso, la hoja excel con los gastos, no es más que un "acto de voluntad" de Bankia que, pese a contar con toda la documentación "no ha jugado todas sus cartas porque no ha querido". El abogado de Blesa, Carlos Aguilar, ha cargado en su exposición ante la sección cuarta de la sala de lo Penal contra el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y la entidad por iniciar un proceso "oscuro" con el que han pretendido antes de enjuiciarlos "cortar la cabeza" a los ahora acusados, que se enfrentan a penas de entre seis años y 12 meses de prisión.

Una muestra de "mala fe" con la que ambas acusaciones han pretendido "cercenar" el sistema de las tarjetas ha sido, según las defensas, que estaba en marcha "durante 23 años", por lo que no es posible revestir estos medios de pago como "clandestinos", cuando eran "conocidos por todos, tenía su propio circuito y se contabilizaba siempre de la misma forma, que era perfectamente accesible".

Aguilar ha dicho al tribunal, que preside la juez Ángela Murillo, que el expresidente de la caja entre 1988 y 1996 Jaime Terceiro, "no respetó la verdad" cuando dijo que las visas solo tuvieron número PIN después de su mandato, cuando se envilecieron. Ha insistido en que los usuarios podían disponer de sus tarjetas para sacar efectivo "desde el primer día" sin que nadie, ni el entonces secretario de la entidad, Ángel Montero, les dijera que tenían que justificar los cargos o que los gastos fueran "prudentes y de austeridad franciscana".

El turno del abogado de Rato, Ignacio Ayala, ha ido en la misma línea, al atacar de frente la "inseguridad e incapacidad" del FROB y Bankia, que no han podido ponerse de acuerdo sobre quién es el legítimo perjudicado de la causa, y a las que ha afeado que hayan cuestionado "una época, un modelo, un concepto" en un juicio "moral, no jurídico". A pesar de no quererse escudar en la herencia del sistema como alegato, Ayala ha basado parte de su intervención en recordar que su representado, en tanto que usuario, recibió su tarjeta "como cualquier otro consejero" de manos del entonces director general de Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj. "Todo permaneció como estaba", ha dicho Ayala, para explicar que la situación que se encontró Rato al llegar a la presidencia de Bankia fue de continuidad, en el el marco de un sistema "tradicional y automático" por el que, como mucho, podría acusarse a Rato de imprudencia, pero nunca de delito.

José Antonio Jiménez Gutiérrez ha intervenido en defensa del exvicepresidente de Caja Madrid José Antonio Moral Santín y los exconsejeros Francisco Baquero y Pedro Bedía, y se ha referido a las "trabas" que ha encontrado durante un proceso que se ha caracterizado por la aportación de meros "indicios circunstanciales" por parte de las acusaciones.