El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tuvo contactos con el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty en 2014, mientras él cumplía condena en la prisión de Castellón por tráfico de drogas, por transportar 121 kilos de hachís. El considerado responsable de haber adoctrinado al grupo de jóvenes que formaba la célula terrorista que cometió en agosto los atentados de Barcelona y Cambrils llevaba en la cárcel desde 2011 y la abandonó en abril de 2014.

Fuentes del CNI señalan que comunicaciones como las que se mantuvieron con el imán de Ripoll en esos cuatro meses de ese último año se enmarcan en una práctica habitual, también realizada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en cuanto aparece algún indicio relacionado con el terrorismo yihadista, con el objetivo de abrir una línea de investigación si resulta necesario. Es Satty había apuntado en su defensa que fue obligado a realizar el transporte por personas vinculadas al yihadismo.

Tras cumplir esa condena, iba a ser expulsado de España, pero un juez denegó la orden, al entender que tenía condición de residente de larga duración, lo que impedía que la medida se adoptara de forma automática solo por haber sido condenado por un delito penado con más de un año de prisión.

Entonces se asentó en Ripoll y empezó a trabajar como imán. No levantó sospechas de ningún cuerpo policial hasta que murió en la explosión del chalé de Alcanar, al manipular los explosivos conocidos como la madre de Satán que preparaba para atentar contra monumentos de Barcelona. En ese tiempo aleccionó a los autores de los atentados de Barcelona y Cambrils, en los que murieron 16 personas y más de un centenar resultó herida.

SOSPECHAS POR ‘CHACAL’ / Nada más perpetrarse el mortal atropello de La Rambla se conoció que Es Satty había estado vinculado en 2006 con una investigación por yihadismo. Era el sumario Chacal, en el que ni siquiera fue procesado, pese a haber sido imán y aparecer relacionado con la célula de Vilanova i La Geltrú, condenada por la Audiencia Nacional por enviar yihadistas a Irak, aunque luego la absolvió el Tribunal Supremo por unas escuchas cuya autorización judicial no estaba suficientemente motivada. Viendo lo que había sido capaz de hacer en Ripoll y revisando ese procedimiento surgieron sospechas de que Es Satty solo había podido salir tan bien librado entonces por haber sido confidente de alguno de los cuerpos policiales que participó en las pesquisas.

INFORMES POLICIALES / La policía había solicitado intervenir su teléfono en 2005 y renunciado a ello un mes después. En 2008 la Guardia Civil despachó en cinco párrafos su vinculación con la célula de Mohamed Mrabet. Su conclusión fue que aunque «existe relación directa con algunos de los integrantes de la célula, (...) no se ha encontrado participación en las actividades desarrolladas, ni en las reuniones, ni relevantes indicios de participación en acciones de captación o adoctrinamiento de adeptos».

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu investiga los atentados catalanes en una causa declarada secreta. En ella se revisa la vida de los autores de los atropellos y, por supuesto, de Es Satty, para encontrar cualquier pista que contribuya a esclarecer lo sucedido y evitar que cualquier implicado quede impune. Fruto de esas pesquisas se detuvo en septiembre en Vinaroz a Said Ben Iazza, vinculado con la célula. Probablemente sea también ahí donde se determine si el imán de Ripoll se libró en Chacal por haber sido confidente o, simplemente, porque aquella operación se produjo poco después de los atentados de Madrid y faltaba experiencia investigadora sobre el terrorismo yihadista.