La Comunidad de Madrid celebra este martes un Dos de Mayo, fecha del levantamiento popular en 1808 frente a las tropas napoleónicas, absolutamente marcado por los escándalos de corrupción que cercan al PP en este territorio. En especial el llamado 'caso Lezo', sobre las irregularidades en el Canal de Isabel II, que ha traído consigo el ingreso en prisión de Ignacio González, expresidente de la autonomía, y la dimisión de su mentora Esperanza Aguirre.

Ante esta situación, la actual jefa del Ejecutivo autonómico, Cristina Cifuentes, foco de todas las miradas porque fue ella quien impulsó una denuncia sobre las irregularidades en el Canal que le costó un enfrentamiento con sus antecesores, lo que no es óbice para que el PSOE y Podemos consideren que debe abandonar poder, ha dedicado buena parte de su discurso a marcar distancias con la corrupción, tratando de dejar claro que ella ha pasado página y que los episodios oscuros son parte del pasado.

"El tiempo de los corruptos ha llegado a su fin en la Comunidad de Madrid", ha proclamado, al tiempo que se ha erigido en líder de la regeneración democrática.

LLAMAMIENTO A LA OPOSICIÓN

En este contexto, y consciente de que la izquierda busca descabalgarla del poder aunque, por el momento, sin éxito porque Ciudadanos mantiene inalterable su apoyo a la presidenta, ha pedido "unidad" a los partidos para recuperar la dignidad de la política". "Porque la corrupción afecta a numerosos partidos e instituciones, todos debemos ser implacables con ella", ha señalado.

Asimismo, ha reafirmado su "absoluto compromiso" con la "honestidad, el compromiso, el talento y el esfuerzo", porque una actitud "ética y en defensa de la legalidad", ha recordado, "concierne a todos, por encima de siglas e ideologías".

Ha sido, por tanto, una especie de llamamiento a la oposición para dejar de lado la corrupción en la lucha partidista y remar todos en la misma dirección.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el portavoz del Gobierno Íñigo Méndez de Vigo, así como el vicesecretario portavoz del PP, Pablo Casado, han acudido a arropar a Cifuentes. Se trata de una representación parecida a la de otros años, pero que cobra más protagonismo dada la delicada situación del partido conservador en Madrid, que desde marzo preside también Cifuentes. La número dos del Ejecutivo central ha reconocido que aún hay que "trabajar mucho" en la región y hacer "muchos esfuerzos" para ser "transparente y ejemplar".

Las encuestas publicadas en varios medios coinciden este martes en que las prácticas corruptas puede pasar factura al PP en las urnas de la región pero Cifuentes, que desde el primer momento usó como escudo protector que fue ella quien promovió la denuncia sobre el Canal, sale reforzada.

IGLESIAS Y ERREJÓN

La formación morada, que gobierna en la capital a través Ahora Madrid, ha decidido plantar a Cifuentes y programar un acto propio, pensado para denunciar "la trama que gobierna España". Allí se dará el pistoletazo de salida a la consulta entre sus bases para decidir si impulsan o no una moción de censura contra Cifuentes. La cita también servirá para que el secretario general, Pablo Iglesias, comparta escenario con su antiguo número dos, Íñigo Errejón, por vez primera desde el congreso de febrero, en el que los postulados de este salieron derrotados.

Aún así, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (de Ahora Madrid) sí ha acudido a los actos institucionales y a la entrega de medallas con motivo del Dos de Mayo.

A VUELTAS CON LA MOCIÓN DE CENSURA

El PSOE en Madrid, liderado por Sara Hernandez, ha iniciado precisamente este martes los contactos para buscar una "alternativa de cambio" al gobierno del PP en Madrid. Si bien, los intentos de la izquierda parecen estar llamados al fracaso porque el propio Albert Rivera, que también ha acudido a la recepción, ha señalado que su partido solo apoyaría una moción de censura si imputan a Cifuentes o esta incumple el pacto anticorrupción.