Ana Botella se ha despedido esta mañana de su cargo como alcaldesa de Madrid con varias pullas a Esperanza Aguirre. La candidata municipal del PP, que aspira a sustituir a Botella en el consistorio, no ha acompañado a la que un día fue su amiga y ha preferido irse vestida de chulapa a la Pradera de San Isidro a rendir homenaje al santo patrón, cuya festividad se celebra hoy. Habría tenido tiempo de volver al acto de la entrega de Medallas de Madrid en el que Botella ha dicho adiós al consistorio, pero ha preferido declinar la invitación, una muestra más del deterioro de su relación.

La alcaldesa, que sí ha estado arropada por su marido, José María Aznar, por el exalcalde Alberto Ruiz Gallardón, y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha pronunciado un discurso lleno de mensajes entre líneas, muchos para Aguirre, a la que criticó hace unos días en una entrevista en El País por no incluir en las listas electorales a personas de su confianza. "El Ayuntamiento es antes que nada una institución que está para servir y para hacerlo de forma concreta y visible, que debe comportarse siempre como tal, evitando su utilización para fines distintos", ha dicho Botella, que ha incidido en esta idea minutos después. "El Ayuntamiento no ha sido instrumento de nada ni de nadie salvo de los intereses y de los vecinos de Madrid", ha afirmado, en referencia velada a los intereses últimos de Aguirre con este retorno a la vida política tras su despedida, en 2012. La expresidenta de la Comunidad de Madrid estuvo a punto de dar la batalla contra Mariano Rajoy en el control del PP en 2008 tras la segunda derrota del dirigente conservador en las generales.

IMPUESTOS Y MUDANZAS

También ha criticado su voluntad de cambiar de sede el Ayuntamiento (lamentando las "mudanzas gratuitas") y ha dejado claro que ella ha sido la que ha bajado los impuestos a los madrileños, cargándose una de las líneas clave del programa de Aguirre (los ciudadanos no tienen que "esperar a futuras administraciones para ver aliviada su carga fiscal; los impuestos no tienen que esperar, esta corporación ya los bajado", ha declarado).

La alcaldesa ha agradecido a las personas que le han apoyado en los peores momentos de la legislatura, en especial en el suceso en el pabellón Madrid Arena, donde murieron cinco chicas en 2012. Ha asegurado que agradece la "lealtad" de las "grandes personas" que se ha encontrado estos cuatro años, aunque ha reconocido que "eso no siempre ha ocurrido en todas partes".

DISTANCIAMIENTO

Aguirre y el matrimonio Aznar han mantenido durante más de 20 años una relación muy estrecha que se empezó a deteriorar cuando la lideresa empezó a demostrar, hace poco más de dos años, que aspiraba a ser la alcaldesa de la capital. Aguirre, que controla el PP de Madrid, lo tenía fácil para lograr un apoyo interno con el que Botella nunca ha contado. De hecho, Botella se ha quejado en varias ocasiones de falta de apoyo del PP de Madrid, sobre todo durante la crisis del Madrid Arena. Pese a esta circunstancia, el expresidente ha aceptado participar en un mitin junto a Aguirre este fin de semana. El morbo está servido.

La esposa de Aznar ha acabado el discurso despidiéndose de "casi 40 años de servicio público" y ha tenido palabras de agradecimiento para su familia, que le ha hecho, según expresó el poeta Joan Margarit, "misteriosamente feliz".