Primero ha sido en Bélgica, y ahora puede ser en Alemania; y aún después en Escocia. El varapalo internacional que recibió la justicia española ayer lleva camino de triplicarse. De momento, los abogados de Carles Puigdemont van a añadir al carro de sus argumentaciones el fallo de la Camára del Consejo -tribunal de primera instancia- de Bruselas rechazando por defecto de forma la euroorden de entrega a España de Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret que emitió el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, informa Efe.

La defensa se plantea utilizar su éxito belga en Alemania cuando llegue el turno de respuesta, si es necesario, ante el tribunal regional de Schleswig-Holstein que examina la petición española de entrega de Carles Puigdemont, ahora por malversación después de que fracasara la petición por rebelión.

Fuentes cercanas a la defensa del expresident estiman que el fiscal alemán presentará su informe en no más de 15 días. Después, la defensa tendrá otros diez para contestar. Y, de nuevo, el equipo de los abogados Jaume Alonso-Cuevillas y Gonzalo Boye harán valer el precendente Bob-Dogi que les ha servido para ganar a Llarena en Bruselas.

En Escocia el calendario es más amplio. El pasado 12 de abril, el Tribunal de Edimburgo aplazó su decisión sobre la extradición de la exconsellera Clara Ponsatí hasta el 30 de julio, mediando el 5 de julio una vista preliminar.

OTROS DEFECTOS / En los litigios alemán y escocés no se hará valer el otro defecto de forma que han argumentado en Bruselas: un error de fecha.

Cuando el fiscal belga preguntó a Llarena en qué basaba su petición de extradición de los exconsellers, el juez español le contestó que en su auto de procesamiento, y lo fechó en el «21/11/18», cuando en realidad el auto está fechado el 21 de marzo. «Debe ser una errata», dice el fiscal en el informe que presentó a la Cámara del Consejo. Esa «errata» no figura en las euroordenes contra Puigdemont y Ponsatí.

Pero fuentes de la defensa de Puigdemont valoran añadir a su argumentario lo que consideran otro defecto de forma: cambiar el delito indicado en la euroorden. Si de la acusación por rebelión se pasa a la de malversación -y más si, después, se pasa a la de conspiración para la rebelión- no vale, en su opinión, la primera euroorden y hay que emitir otra.

EUFORIA DESATADA / Un ambiente de euforia reinaba ayer entre los exconsellers y sus abogados después de que la Cámara del Consejo de Bruselas desoyera al Tribunal Supremo español. Tan seguros estaban los letrados de su victoria que ya comenzaron augurándola por la mañana: «Hoy va a ser un buen día», tuiteó el letrado Gonzalo Boye poco antes del comienzo de la vista en Bruselas. A la una de la tarde, consumado el fracaso de la justicia española, el abogado difundía una foto brindando con los exconsellers y este escueto mensaje: «En honor a #BobDogi».

Es el apellido del camionero rumano Niculaie Aurel Bob-Dogi. El 27 de noviembre de 2013, circulando a más velocidad de la permitida, atropelló e hirió a un motorista en una carretera de Hungría. Los tribunales de aquel país emitieron una euroorden de detención, y la ejecutó la policía rumana cuando lo halló en Cluj el 2 de abril de 2015. Pero el tribunal superior de esa ciudad del noroeste de Rumanía se negó a entregarlo porque el tribunal húngaro que reclamaba a Bob-Dogi no había emitido previamente una orden de detención en Hungría.

Los tribunales húngaros recurrieron al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que, el 1 de junio de 2016, falló: «Cuando una orden de detención europea (…) no menciona la existencia de una orden de detención nacional, la autoridad judicial de ejecución no podrá darle curso si (…) dicha autoridad comprueba que la orden de detención europea no es válida por haber sido emitida sin que se huiera dictado efectivamente una orden de detención nacional distinta de la orden de detención europea».

Fuentes de la defensa de Puigdemont aseguran que la fiscalía belga advirtió a Llarena de que a su euroorden contra los exconsellers (la segunda, pues antes había tramitado otra la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela) le faltaba una orden de detención local.

TERCERA EUROORDEN / «Llarena tuvo la oportunidad de corregirlo -relatan esas fuentes- Pensamos que iba a corregir y no lo hizo. Más leal de lo que ha sido el fiscal belga con la justicia española no se puede ser».

La defensa cree a estas alturas del proceso muy probable que Llarena emita una tercera euroorden. El abogado Jaume Alonso Cuevillas cree que, de darse semejante circunstancia, «sería un caso sin precedentes, insólito, que rayaría en el ridículo judicial», dijo ayer.