Tres años después de que se conociera la existencia de una investigación sobre su ático en Estepona, el entonces vicepresidente y hoy presidente madrileño, Ignacio González, ha visto cómo en la última semana el caso se enredaba hasta dar al traste con su aspiración a ser candidato a la Comunidad.

Han sido varios días de informaciones periodísticas y de cruces de acusaciones y denuncias, que comenzaron el lunes 2 de marzo cuando el diario El Mundo afirmó que González mantuvo en 2011 una reunión con varios mandos policiales para pedirles que no transcendiera que era inquilino de un ático adquirido por un testaferro a través de una sociedad radicada en un paraíso fiscal.

Una información que González se apresuró a negar y a dar la vuelta, asegurando que sí se reunió con los comisarios Enrique García Castaño y José Villarejo, pero en un encuentro en el que fue víctima de un intento de "extorsión" policial para que retirase las denuncias por la investigación sobre el ático.

En respuesta, un día después, el comisario Villarejo le denunció ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por haber acusado al mando policial de extorsión.

Durante el cruce de acusaciones y denuncias, González se ha visto en un primer momento sin recibir más apoyo que el del grupo popular en la Asamblea de Madrid, hasta que 48 horas después salieron en su apoyo la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.

El gesto más esperando, probablemente, era el del presidente del partido y, por ende, de la persona que tenía la última palabra en su designación, Mariano Rajoy.

Preguntado por las acusaciones de extorsión y por las posibilidades de González de ser candidato tras este caso, Rajoy respondió de forma tibia, asegurando que se remitía a las explicaciones que diera la Dirección General de la Policía sobre el caso, o el propio PP respecto a la candidatura.

También escueta fue la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes -que será la candidata a la Comunidad-, que afirmó que González cuenta y ha contado "siempre" con el respaldo de todos sus compañeros de partido "como presidente" autonómico". "Cosa diferente" era, en su opinión, hablar de candidaturas.

Y desde el PP, el vicesecretario de Organización y director de la campaña electoral, Carlos Floriano, se limitaba a decir que el Comité Electoral del partido estudiaría "todos los elementos" para tomar la "decisión más acertada posible" sobre la candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

Desde algunos medios de comunicación estas respuestas tibias en las primeras 48 horas se leyeron no sólo como una forma de dejar solo a González frente a la polémica, sino como parte de una estrategia para sugerirle que dé un paso a atrás y se apee de sus intenciones de ser candidato.

Según diversos medios, el PP manejaba encuestas que no auguraban muy buen resultado para el partido si González se presentaba como cabeza de cartel en Madrid, mientras que otras opciones mejorarían el número de votos.

Lo que llevó a muchos a interpretar que no mostrar públicamente respaldo obligaría a González a abandonar la carrera electoral sin necesidad de que Rajoy tuviera que designar a otro candidato por encima de él.

A pesar de la defensa de la honorabilidad del presidente de los dos últimos días, la incertidumbre sobre las candidaturas tras meses en los que González no se cansaba de repetir su voluntad de ser el cabeza de lista del PP ha finalizado con Cifuentes como cabeza de cartel a la Comunidad y Aguirre como primera de la lista a la Alcaldía.