Inés Arrimadas seguía este lunes en el foro Primera Plan@ de EL PERIÓDICO con la voz bastante tomada después de tanto acto electoral, pero ha forzado las cuerdas vocales para redoblar sus llamamientos a concentrar el voto constitucionalista en su partido con un nuevo ataque al presidenciable del PSC: "Muchos socialistas no entienden cómo el señor Miquel Iceta veta a Ciutadans y promete el indulto a Oriol Junqueras". Según sus previsiones, esos gestos indican que hay una "preparación previa de un acuerdo para formar un tripartito entre PSC, Esquerra y Podem", lo que considera que serviría para "alargar el 'procés'".

Para evidenciar las distancias en ese ámbito, Arrimadas ha rematado con que su partido está totalmente en contra de los aforamientos a los políticos y los indultos por malversación, pero, volviendo a los pactos, también ha guardado un puñado de invectivas para los 'comuns'. "Podemos tiene un problema: sus dirigentes son abiertamente independentistas, como su número dos, Elisenda Alamany, pero sus votantes no lo son. Si al final dependemos de los 'comuns', tendrán muy difícil explicar a sus votantes que se alarga el procés y no se dedica el dinero invertido en este en políticas sociales", ha aseverado la presidenciable naranja.

En todo caso, el objetivo de Ciutadans pasa por no necesitar siquiera de la abstención de Catalunya En Comú Podem y tratar de forjar un gobierno solo con el PSC y el PPC. "No es ninguna utopía. Tenemos una oportunidad de oro", ha manifestado. Y para empezar a tender puentes ha puesto sobre la mesa la idea de incorporar a independientes sin carnet de partido en ese hipotético ejecutivo. Eso, ha reflexionado, permitiría facilitar las alianzas.

LA CLAVE DE LA MOVILIZACIÓN

Pero Arrimadas no deja de repetir en sus actos que para que eso se cumpla entra un juego un elemento clave.

'Ara sí, votarem' es el lema de campaña de los naranjas, que no han dejado de llamar a la movilización de los contrarios a la independencia en ninguno de sus actos de campaña. Al margen del trasvase de votos de un partido a otro, la candidatura de Arrimadas tiene muy claro que la participación puede ser determinante para decantar el resultado hacia un bloque u otro y, como el resto de fuerzas en liza, no quieren dar por hecha una masiva afluencia a las urnas, sobre todo por la incógnita de unas elecciones en día laborable.

Con los últimos sondeos publicados evidenciando un tira y afloja por la mayoría absoluta hasta el último momento, ese factor todavía gana más peso si cabe, pero es que en Ciutadans también miran con lupa su pugna particular con ERC por ser el partido más votado. "¿Se imaginan el simbolismo que tendría que un partido netamente constitucionalista ganara las elecciones después de todo lo que hemos vivido con el 'procés?'", repiten constantemente.

Tras pescar a manos llenas en los caladeros del PPC, según los sondeos, los de Arrimadas siguen tratando ahora de arañar votantes a los socialistas, como se ha vuelto a ver este lunes, aunque sus esperanzas no solo se depositan en el flanco constitucionalista. El 'ball de bastons' entre soberanistas -Esquerra poniendo en duda que Carles Puigdemont pueda ejercer de 'president, JxCat avisando de que no aceptará otra investidura que no sea la de su líder, la ANC alineándose con los posconvergentes, la CUP presionando por la unilateralidad...- es otro elemento que los naranjas creen que puede jugar a su favor. Están convencidos de que ya no ha trasvases extramuros y que solo puede haber fugas internas en cada flanco, por lo que cuando más equilibrada esté la batalla entre ERC y JxCat, calculan, menos altos serán los porcentajes de voto de cada uno de ellos. De esta manera, si a Ciutadans le sale bien la jugada de arañar papeletas a populares y socialistas, los guarismos que obtenga (especialmente en el área metropolitana de Barcelona y en Tarragona) pueden catapultarle al primer puesto del podio.