La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional no ve terrorismo en la agresión sufrida por dos guardias civiles y sus parejas en la localidad navarra de Alsasua el 15 de marzo de 2016. Tampoco considera que fuera una simple pelea de bar, porque aprecia que había animadversión y menosprecio hacia el cuerpo por parte de los ocho acusados, a los que ha condenado a penas de entre dos y 13 años de prisión. El fiscal pedía para ellos hasta 62 años de prisión al considerar los delitos cometidos como terroristas.

El tribunal condena a los acusados por atentado a agente de la autoridad y lesiones, agravados con abuso de superioridad y discriminación, y desórdenes públicos y amenazas. Les impone las penas más graves previstas, por la «notabilísima gravedad de los hechos», pero no cree que tengan carácter terrorista, porque no aprecia que existiera la finalidad de subvertir el orden constitucional o de causar terror que sería necesaria. Tampoco que se pueda considerar a los acusados miembros de una organización terrorista, porque, aunque algunos estén vinculados a movimientos como Ospa, que alimenta el rechazo a la Guardia Civil, hay una descontextualización entre el ideario de ETA y su actuación. Además, todos eran menores cuando la banda terrorista cesó su actividad armada. De todas formas, el tribunal entiende que los acusados actuaron por motivos «claramente ideológicos».