A medida que avanza el escrutinio, la alegría va aumentando en la sede nacional del PP. Los sondeos a pie de urna daban resultados al partido conservador resultados muy dispares, con más de 20 escaños de diferencia (entre 114 y 134 asientos en el Congreso, en función de la encuesta), por lo que los dirigentes populares al principio de la noche no sabían a qué atenerse, aunque la sensación generalizada era de pesimismo. Pero según avanza la noche, la sensación va cambiando y sus dirigentes no esconden su entusiasmo, tanto por el crecimiento de su fuerza política (con el 82% obtienen 136 escaños) como por el mal resultado de Podemos, que todo indica que mantendrá en torno a los 70 parlamentarios, un resultado similar al de diciembre.

Eso sí, fuentes oficiales señalan que aún hay que mantener la prudencia", puesto que creen que el resultado final, teniendo en cuenta que el voto por correo es muy numeroso y se contabilizará el último, se conocerá tarde.

El temor del PP a lo largo de la campaña era que la unión dePodemos e Izquierda Unida les arrebatara los llamados restos, es decir, los últimos escaños de varias provincias por pocos votos. Pero de momento este pronóstico no se ha hecho realidad y Podemos no logra ni siquiera superar al PSOE, que se mantiene como segunda fuerza.

Aún no ha comparecido nadie en la sala de prensa. El candidato conservador llegó a la sede nacional, situada en la madrileña calle de Génova en torno a las ocho menos cuarto de la noche, acompañado de su esposa, Elvira Fernández. Allí ya estaban siguiendo la jornada electoral la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, junto a varios vicesecretarios. Rajoy sigue el escrutinio en su despacho, con varios miembros de su familia.

El balcón donde el PP celebra sus victorias está preparado, dado que aunque existe la posibilidad de que el PP rebaje sus resultados respecto al 20 de diciembre, los conservadores sí que cuentan con ganar las elecciones y celebrar su triunfo, aunque sea una victoria amarga.