En más de una ocasión, y dadas mis numerosas colaboraciones en las páginas de Educación en este diario, maestros de distintos niveles y procedencias, insistentemente me han reiterado su deseo de que, desde dichas páginas, mis colaboraciones fueran en línea de exponer unas técnicas de estudio sencillas y creativas que para nada se parecieran a los muchos libros que sobre el tema hay en el mercado y que estuvieran enfocadas hacia los alumnos y alumnas de Primaria. La razón de tal urgencia y necesidad era manifiesta en el sentido de opinar que todo lo escrito sobre dicho tema, a pesar de ser bueno, resultaba, sobretodo, de nivel elevado para los más pequeños. Es decir, se aproxima más a estudiantes de Bachillerato que al alumnado de Primaria, para los cuales no encontraban algo que fuera práctico y significativo a la hora de llevarlo a la práctica. Efectivamente, por muchos libros que hojeé, por mucho que especulé, encontré que en todos se suponía un nivel elebado para alumnos que están empezando a estudiar sus primeras lecciones o, lo que es todavía más elemental, que empiezan, se supone, sus primeras incursiones por el mundo de los textos y del aprendizaje que conlleva estudio, comprensión, expresión, memorización, etc. En mis obras cito cientos de estrategias pero creo que la más importante y necesaria para los alumnos es Primaria es la de estudiar juntos. Es decir, no dejarlos solos con libros de texto que le sobran por arriba y por abajo: antes que estudiar hay que aprender a leer y sobre todo, a comprender, destacar, resumir...Es por eso necesario que sea labor de los padres prestarle ayuda, cuando a solar se enfrentan con páginas farragosas que ni entienden, ni saben leer. Hay que prestarles ayuda, pero el tema es complejo y no se resuelve solo con esto. El maestro es el primer eslabón que debe facilitar el estudio.