Muchas razones se han esgrimido a lo largo de estos últimos años, intentando explicar el porqué de la poca participación de la mujer en las carreras técnicas o de ámbito científico. Según publica en su página la organización 11 de febrero, (https://11defebrero.org/), en España la representación de la mujer en la carreras de ingeniería representa el 30,4%; en Europa no es mucho mayor, un 25,3% y sólo el 19,2% en Estados Unidos. A pesar de que la representación de la mujer en la universidad es mayoritaria.

Diversas razones se han argumentado para justificar la baja participación de la mujer en este tipo de estudios. Para la organización 11 de febrero, el culpable es el entorno social, familiar o educativo por no incentivar de igual manera a chicos y chicas a la hora de elegir carreras de tipo técnico o científico. Además, siempre desde el punto de vista de la citada organización, el personal docente evalúa o premia con mejores notas a las chicas que a los chicos en materias no científicas, todo ello sin mencionar que por otra parte, los padres tienen menos expectativas a que sus hijas tengan profesiones relacionadas con la ciencia y la tecnología. Otra razón podría ser la falta de referentes que hacen que las niñas no tengan modelos en donde reflejarse. Sin embargo, un artículo publicado por en Phicological Science tira por tierra todo lo anterior y demuestra que es la libertad de elección de las mujeres las que las aleja de la ciencia y de la técnica. El citado artículo analizaba la mal llamada «paradoja de la igualdad» en los estudios de ciencias e ingeniería.

Se realizó para el estudio una base de datos con 472.242 adolescentes de 67 países donde se reflejaba que tanto mujeres como hombres mostraron habilidades similares para esos campos. Considerando que una de las muchas misiones que tiene un profesor es hacer vivir a sus alumnos experiencias que les ayuden a decidir sobre su futuro, los departamentos de Matemáticas y Tecnología del IES Fernando III el Santo de Priego decidimos celebrar el día de las personas que con esfuerzo llegan a ser lo que quieren ser. Para ello quisimos que nuestros alumnos tuvieran la experiencia de conocer a una persona, que gracias a sus esfuerzo y tesón había conseguido convertir su deseo en realidad. Fueron un grupo de alumnos de primero de la ESO los que, vía videoconferencia, tuvieron el placer de conocer la historia de una de esas mujeres, la ingeniera informática Roya Chan Lee. Según nos contó la ingeniera Chan, ella siempre había querido estudiar informática, pero sus padres, emigrantes de origen taiwanés, no estaban muy de acuerdo con esa decisión. A pesar de ello y demostrando desde un principio sus grandes dotes de negociación consiguió convencerlos, a cambio, de que ella correría con los gastos de la universidad.

Los alumnos se mostraron con gran interés durante la videoconferencia realizando un sinfín de preguntas muy interesantes. En conclusión, creo que las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos y obligaciones y que debemos de trabajar conjuntamente para que estos sean respetados y mejorados sin ningún tipo de diferencia. Desde nuestros respectivos departamentos, trabajamos así, y cualquier alumno lo confirmaría.