El año pasado en nuestro país hubo 1.475 casos graves de bullying, según un estudio de la oenegé internacional Bullying Sin Fronteras. Además, destaca que Andalucía se encuentra entre las comunidades donde se han detectado más casos de acoso escolar, siendo el porcentaje de los mismos superior a la media estatal. En Córdoba, los centros de educación Secundaria necesitan de más programas preventivos en esta materia, razón por la que el Departamento de Educación e Infancia del Ayuntamiento cordobés ha querido abordar esta problemática a través de un proyecto de prevención del acoso y ciberacoso escolar, orientado a menores de primer ciclo de la ESO, ya que es en este periodo cuando se detecta el mayor número de víctimas y agresores, según explican Elena García e Irene Hervás, psicólogas que han llevado a cabo dicho proyecto.

PREVENCIÓN // 622 es la cifra total del alumnado que ha tomado parte en esta iniciativa, repartidos entre seis institutos: Maimónides, Luis de Góngora, Santa Rosa de Lima, Santa Catalina de Siena, Ángel de Saavedra y Puente de Alcolea y cuatro colegios: María Inmaculada, Trinidad, Almedina y Córdoba. Para las responsables del proyecto, el principal objetivo que han tenido ha sido «tratar de disminuir la tasa de acoso escolar en el aula y a la vez, lograr una mayor concienciación de este problema». La intervención en estos centros se ha llevado a cabo a través de cuatro módulos en los que se han trabajado distintas habilidades orientadas a prevenir la aparición de futuros casos de agresión escolar. Así, tal y como explican García y Hervás, «para mejorar el nivel de conocimiento de esta problemática, se han entrenado habilidades como la empatía, la autoestima, la asertividad y el desarrollo de competencias para una adecuada resolución de conflictos».

Una vez concluidas las distintas formaciones, las responsables del proyecto han percibido la escasez de conocimientos y los mitos erróneos instaurados sobre los aspectos influyentes en los casos de acoso y ciberacoso, «sobre todo en los temas relacionados con el reconocimiento de emociones, habilidades sociales, valores de convivencia, trabajo en grupo y uso aproiado de las nuevas tecnologías», aclaran. «Consideramos necesario intervenir de manera continuada en edades inferiores para poder prevenir en mayor medida la aparición de conductas disruptivas que llevan a situaciones en las que el acoso es visible», señala Elena García. «En el primer ciclo de educación Secundaria, que es donde se han llevado a cabo los talleres, los roles del alumnado están afianzados en la mayoría de los casos, resultando muy difíciles de modificar», explica Irene Hervás. Este programa, de temática controvertida y actual, ha tenido una gran acogida entre alumnos y docentes de los distintos centros.