Manuel Guisado, o como todo el mundo lo conoce, el maestro Manolo, cuenta con una dilatada experiencia como docente en la asignatura de Religión Católica en el CEIP Fernández Grilo, de Ochavillo del Río, y participa activamente de la vida social del pueblo, del que es un habitante conocido. Además, emplea parte de su tiempo en una organización con carácter educativo, La Cigüeña, que promueve actividades de convivencia y fomenta valores de compañerismo y solidaridad entre los pequeños y no tan pequeños de la zona de la Colonia de Fuente Palmera.

Para Jorge Montero, actual director del CEIP Fernández Grilo, Manuel Guisado es un ejemplo de persona. «Mis creencias personales no se acercan a las suyas pero siempre he podido discutir y debatir con él. Me despierta admiración porque no solo ocupa su tiempo en esta labor docente sino que además se preocupa por los demás. Es un ser social que da segundas oportunidades, no solo a materiales reciclados, sino a personas de su entorno».

El maestro Manolo disfruta ejerciendo la docencia, haciendo de la enseñanza una manera divertida de aprender. Así lo considera una antigua alumna del centro, Coral Delgado, que fue partícipe de la asociación La Cigüeña tanto como alumna como monitora. «Es el mejor maestro, una persona que da sin pedir nada a cambio. Es una persona que siempre busca algo para sorprender a sus niños, que le encantan las manualidades y que, a pesar de la dificultad que tiene, sigue mirando por los demás antes que por él.

Desde el AMPA Alfonso Dueñas, los padres y madres agradecen el esfuerzo, la labor y la dedicación de Manuel Guisado, quien no solo imparte conocimientos, sino también enseña valores fundamentales para la formación como buenas personas, un hecho que «varias generaciones hablen de ti con cariño y con admiración», afirma Mª Carmen, del AMPA Alfonso Dueñas.

Regina Fálder, tutora de Primaria, afirma que «Manolo es una de esas personas que piensan que con un granito, por pequeño que sea, poquito a poquito se pueden cambiar las cosas. Deja una gran huella en el alumnado cuando entre sus finalidades está el de hacer que crezcan como personas, trabajando la humildad, la generosidad y la solidaridad»

Por su parte, Inmaculada Sánchez, antigua directora del CEIP Fernández Grilo, se alegra de haber tenido la oportunidad de trabajar con Manuel Guisado y poder considerarlo un amigo. «Lo recuerdo rodeado de niños en el recreo que se subían a su espalda y le animaban a jugar con ellos. Para mí es un ejemplo de paciencia y compañerismo, siempre conciliador y cariñoso».

Para terminar, Fuensanta Zafra-Polo, compañera del CEIP Fernández Grilo, describe a Guisado como «un profesional de la enseñanza, vocacional, entregado a sus alumnos, a su familia y al mundo. Para mí, Manolo, más que un compañero es un hermano espiritual, receptor de inquietudes y preocupaciones y siempre con un consejo y una palabra reconfortante. Sin duda, el maestro Manolo merece uno de esos premios que algún día sus alumnos no dudarían en otorgar si tuvieran oportunidad. «El Premio Nobel de la Paz, para el maestro Manolo», dicen.