Desde la irrupción masiva de las tecnologías digitales en el aula a principios de la pasada década, la educación ha ido experimentando un cambio, de forma progresiva y persistente, que ha hecho tambalear sus cimientos pedagógicos.

Cada vez van quedando más lejos las clases teóricas, de apuntes, dictados y libros de texto. Las tecnologías están provocando cambios posibilitando, facilitando y acelerando en el mundo educativo las conexiones entre las personas.

Los docentes son cada vez más conscientes de las posibilidades que ofrecen las tecnologías y de la necesidad de adaptación a la sociedad digital, lo que ha forzado que muchos profesores se replanteen preguntas esenciales: ¿Cómo enseñar?, ¿con qué materiales?, ¿cuál es mi papel? Las respuestas y su puesta en marcha han dado como resultado un cambio provocado más por la metodología que por la tecnología. Así lo afirma Manuel Ángel Jiménez, asesor de formación del Ámbito Científico-Técnico en el CEP de Córdoba, «el cambio no está en la tecnología, está en la metodología, y la mayoría de los autores de las teorías que sustentan estos nuevos enfoques vivieron durante los siglos pasados, cuando la tecnología actual era inimaginable».

En cuanto a los centros educativos cordobeses, en general, la innovación ha irrumpido de forma tímida, «si bien podemos encontrar muchos proyectos de innovación increíbles, son más a nivel individual o de pequeños grupos de profesores. No obstante, cada vez más centros apuestan por la innovación, puesto que estamos en una época de cambio», afirma Jorge Álvarez de Sotomayor, profesor del IES Galileo Galilei, centro en el que «se va a introducir de forma progresiva la gamificación en algunas materias, trabajando con una moneda, el galieuro, creada para evaluar de forma continua los aprendizajes de los alumnos». Por su parte, Manuel Ángel Jiménez coincide en que «en Córdoba hay centros muy innovadores, pero lo que abunda son experiencias individuales o de docente isla», algo que lamenta al considerar que «la innovación individual tiene sentido, pero realmente adquiere todo su significado cuando se hace a nivel de centro».

En cuanto al nivel educativo, los centros de Secundaria cordobeses son más propensos al uso de las tecnologías y a la innovación educativa que los centros de Primaria, puesto que la edad del alumnado condiciona ciertos empleos de la tecnología. Al respecto, Álvarez considera que «Primaria y Secundaria deberían trabajar de forma conjunta».

Al respecto de la adaptación de los centros educativos hacia la innovación, Jiménez destaca que «tiene que ver, sobre todo, con las personas», mientras que Álvarez indica que «la verdadera innovación no depende de los recursos materiales, sino de los recursos humanos».

En definitiva, gran parte de los centros cordobeses están apostando por la innovación, el profesorado se encuentra en continuo aprendizaje y cada vez es más frecuente el uso de dispositivos móviles en una comunidad autónoma que es un referente en la innovación educativa.