El pasado lunes se presentaba diferente. Los despertadores dejaban de tener protagonismo y las ruedas de las mochilas escolares usurpaban la función de dar la bienvenida a un nuevo día. Entre risas nerviosas, no pocos padres -y muchos abuelos- tarareaban aquella canción, Matrícula de Honor, que cantaba Tequila a ritmo de Rock and Roll a finales de los años 70. Para los niños, la melodía más parecida que su memoria abarcaba debió ser alguna de aquellas que anunciaban unos grandes almacenes cuando prometían un encuentro con los viejos amigos y un sinfín de material escolar. Las puertas de los colegios abarrotadas, voces de niños, llantos de muchos otros y caras de pena mezclada con alegría entre las familias no dejaban duda: había llegado la tan esperada -y a veces temida- vuelta al cole.

En Córdoba, más de 80.000 alumnos de Infantil, Primaria y E. Especial se despedían de las vacaciones con el reencuentro de sus compañeros y profesores, y el añorado -por los ya mayores- olor a libros nuevos.

Entre esos niños, Valeria, de 3 años, que mientras jugaba con su cocinita y su muñeca Ternera -así se llama- mostraba una sonrisa ajena a la larga trayectoria que recién iba a comenzar hasta llegar a ser la «médica de bebés» que está segura que se convertirá en un futuro. Afirmaba que en su primer día en el cole de mayores iba a pintar, jugar y a aprobar su asignatura preferida ...¡hacer muchos amigos!. Su madre, Inés, con más pena que alegría, dias anteriores a la vuelta al cole, mostraba su preocupación, sobre todo «a la hora de que se suba en el transporte escolar. Aún la veo muy pequeña y es una niña muy nerviosa», afirmaba. Finalmente, la realidad superó todas las expectativas. Valeria mostró su mejor sonrisa para las fotografías que quedarán para el recuerdo, por supuesto, con su mochila rosa; subió al bus sin mirar atrás y a la vuelta a casa, llegó con su primer sobresaliente en actitud y con toda una tarde de charla con sus papás sobre el primer día en el cole de mayores.

Menos contenta se mostraba Ariadna, de 9 años, días previos a que arrancara el curso. «Por un parte quiero ir porque estoy con mis amigos y mi profesora, pero por otra no, porque tengo que hacer tareas». Ariadna, que este año comienza 4º de Primaria, afirma que le va a costar algo de trabajo volver a la rutina después del verano. Aunque su madre asegura que la niña se ha aburrido en vacaciones, Ariadna no está tan de acuerdo y admite entre risas que, puestos a aburrirse, prefiere hacerlo en la playa, que rodeada de deberes. Patricia -su madre- confiesa ante la desafiante mirada de Ariadna, que ya tenía ganas de que empezara el colegio. «Más pena me daba por José -el pequeño de la familia- que ha empezado la guardería» y que, aunque no está muy de acuerdo con la idea de no comer en casa, se ha mostrado muy contento. Tras el primer día en clase y aunque no comenzó el día con mucha ilusión, Ariadna asegura que la experiencia ha sido muy buena. «La seño es muy simpática y buena. Tiene que tener mucha experiencia, porque hasta fue profesora de mi padre cuando estuvo en el colegio», afirma. Entre presentaciones, el horario y las instrucciones de un curso mayor...¡El tiempo voló!.

Por otro lado, los hermanos Alejandro -9 años- y Daniel -6 años- esperaban impacientes la vuelta al cole. Daniel, el más pequeño de los dos, que este año pasa a 1º de Primaria, estaba nervioso y con muchas ganas «de ver a mi seño, jugar con mis amigos y quiero estudiar mucho. Además este año voy al patio de los grandes», afirmaba, aunque también le inquietaba la idea de salir en el periódico y pensaba que echaría de menos la playa y la piscina. Sin embargo, Alejandro, no echará de menos las vacaciones. «Tengo ganas de que empiece el cole porque quiero jugar con mis amigos, ver a mis profesores nuevos y porque voy a pasar a un curso ya de un niño mayor. Además, en casa me aburro», admite, aunque se encontraba «un poquito nervioso» ante la posibilidad de que no le tocaran los mismos profesores que ya lo conocían. Tras el primer día de colegio, Alex y Dani salieron tan contentos como esperaban. Alejandro se quedó más tranquilo al conocer a su nuevo tutor de 4º de Primaria y Daniel aprovechó la clase para conocer las vacaciones de todos sus compañeros y hacer un dibujo del verano. Para su madre, Alicia, la vuelta a las clases ha sido todo un alivio. «Aunque me preocupa que les cambien mucho la rutina al ser ciclos nuevos y al principio se desmotiven, tenía ganas de que empezara el colegio. Trabajar con los niños en la casa es muy complicado», afirma.