De 'Doce velas y un don', del valenciano hoy afincado en Puente Genil José Belenguer Serrano, se nos da una primera noticia en prensa bajo el titular de Diario Córdoba (27-10-2014), sabemos que es la novela de "Un exguionista de cómic convertido en guardián de cementerio, Premio Tristana". El autor tiene cierta experiencia en la escritura y con esta primera de narrativa -ya VII Premio Tristana de Novela Fantástica- presenta 160 páginas dedicadas a las anécdotas de un personaje, Fernandito, del que en la primera línea se descubre un secreto que se le reveló "de forma fortuita y fulminante el día de su décimo segundo cumpleaños".

Y tras esa rápida concreción seguimos con interés un argumento que avanza con ritmo rápido, expresión de un lenguaje cuidado e inteligible y un tono que es lúcidamente humorístico.

El protagonista será el mencionado Fernandito, que entrará en acción por mor de ese hecho fantástico de por sí ya suficiente para arrastrar al lector, especialmente si es joven, tras la acción de la novela. Esta pronto adquiere ese citado timbre humorístico y gracioso que además de jugar con la seriedad y el lenguaje de los dichos se atiene paralelamente al 'don' que se describe: "Siete días atrás no sabía lo que era la bilocación y ahora no podía vivir sin bilocarse".

Son muchos los episodios que se sacian del humor sorprendente, no solo los que afectan al protagonista sino igualmente al de otros personajes, por ejemplo, la disputa entre dos doctores o el cruce de parlamentos que se basan en el juego "me dice", "le digo". Y a este ambiente humorístico no solo colabora el personaje de Fernandito con sus chistes y sus travesuras sino también la materia de los frecuentes diálogos, que sobresalen sobre un texto que destaca por su carácter narrativo y sus muy contadas descripciones.

Memorable resulta también, en este sentido, el malentendido que se da, en la página 67 del libro, al identificar equívocamente una chocolatina y una adolescente, e importante es destacar por fin las páginas en las que la novela incorpora un ágil ritmo de diario íntimo mediante el que Fernandito escribe sus experiencias que, de este modo, quedan confrontadas con pasajes anteriores.

Cuando el lector aborda el último capítulo -los ocho que tiene se pueden planificar como lectura para un trimestre- está ya completamente subyugado por el encanto de su argumento que acaba planteando el problema de la costumbre y de la libertad. Pero a la vez, quizá cuando el lector ya lo sospechaba, se produce la peor noticia del libro,("Fernandito acaba de morir"), aunque la historia dará aún para más, y los últimos momentos son de expectación por abocar a la sorpresa final ("¡Que estoy vivo!") de su inesperada y agradable conclusión.

Los pocos personajes de esta novela (Menoscuarto Ediciones, 2015) dependen todos de las peripecias vitales de Fernandito: su pandilla, sus opositores de la banda pronazi Amanecer Resplandeciente, su propio médico y su madre Teresa Sanguinetti. Con ellos se entreteje una interesantísima historia, muy recomendada para el alumnado de Secundaria, a la que da vida un autor culto y bien informado que parece no ocultar en su texto determinadas referencias veladas a su propia biografía, como puede ser su conocimiento de la cultura mexicana, pues en México residió durante años, o el que tiene que ver con el mundo de los cementerios, debido a su antecitada profesión.

Así que tenemos cultura, diversión, intriga y misterio unidos para entretener y deleitar por ello a nuestros alumnos.