El director de pista de esta particular escuela, Silvestre Madrigal, conocido artísticamente como El Gran Silvestre, sigue, a sus 56 años y tras catorce al frente de este proyecto, tan entusiasmado y motivado como el primer día. En todo este tiempo, la evolución de la Escuela de Circo ha sido notable. Tal y como explica su artífice y fundador, «comencé a montar con material prestado de la Asociación de Circo de Córdoba y de Pepeciclo». Al inicio, daba cobertura a La Carlota, una de las ocho aldeas que conforman este colegio público rural. Con los años, se han ido incorporando el resto de poblados. Pero los recursos comenzaron a mejorar hace doce años, cuando su proyecto de circo de ámbito escolar fue aprobado y subvencionado por la Diputación Provincial de Córdoba. Este año, además del reconocimiento de la Junta de Andalucía como Proyecto de Innovación Educativa Único, han conseguido una nueva subvención.

TÉCNICAS // Son muchas las habilidades circenses que se trabajan aquí. Desde malabares con pelotas, mazas, diábolos y platos chinos, hasta saltos múltiples de combas, acrobacias, equilibrios con monociclos de distintos tamaños, pelotas gigantes y jirafas. En el colegio, los momentos que se dedican al trabajo de circo se encuadran dentro de las clases de Educación Física y en los recreos, desde primero a sexto de Primaria. Al alumnado, en general, lo que más le gusta son los monociclos, con los que se organizan juegos en equipo jugando a baloncesto, hockey y pañuelito. «Son tantas técnicas y aparatos diferentes que siempre tienen algo para escoger» puntualiza Madrigal. Estos catorce años que llevan de trayectoria han dado para mucho. Por ejemplo, han realizado actuaciones en Cádiz, Granada, Málaga, Sevilla y por supuesto, Córdoba. La última la llevaron a cabo el pasado 17 de mayo en el primer Encuentro de Circo de Villanueva del Rosario. Según explica el director de la escuela, a lo largo del curso escolar realizan unas tres o cuatro salidas para que el desarrollo normal de las clases no se vea interrumpido.

BENEFICIOS // El singular proyecto del circo en la escuela posibilita el trabajo en los ámbitos psicomotor y relacional siempre en un clima lúdico y divertido. También desarrolla la coordinación óculo-motriz, la sensorial, la lateralización, el equilibrio corporal y las relaciones temporales. En los objetivos de ámbito social y actitudinales, Madrigal destaca «la valoración de la paciencia y constancia en el trabajo, algo que el alumnado experimenta al conseguir ejecutar habilidades que creían imposible lograr». Esta circunstancia provoca en ellos un aumento de la confianza y valoración personal. Igualmente, estas clases favorecen el espíritu de colaboración y el compañerismo. «Es curioso pero cada artista es un maestro en potencia. En cuanto domina una habilidad siente la necesidad de explicársela a los que aún no han conseguido ese nivel de ejecución. El intercambio de experiencias entre todo el grupo es constante y enriquecedor», explica El Gran Silvestre, que a partir de ahora contará con el apoyo de otro maestro, el pequeño Juanjosé.