El proceso educativo y el concepto de alumnos y alumnas con altas capacidades han evolucionado a partir de su inclusión en los programas educativos de atención a la diversidad, porque no recibían una atención educativa adecuada y manifestaban conductas de inadaptación o fracaso escolar. Al tener en cuenta sus necesidades educativas especiales y delimitar sus características, estos alumnos se integran en el sistema educativo, desarrollan sus capacidades y alcanzan los objetivos curriculares en función de sus potencialidades.

La conceptualización de alumnos con altas capacidades se ha ido ampliando conforme se ha desarrollado la atención educativa a sus necesidades. La delimitación comenzó con el concepto teórico de alumnos superdotados o con sobredotación intelectual y ha evolucionado hasta llegar a la delimitación amplia y funcional de alumnos con altas capacidades, potencialidades y competencias personales, que se ponen de manifiesto cuando interactúan en su medio familiar, escolar o social.

Inicialmente, se les denominó alumnos y alumnas como superdotados o con sobredotación intelectual porque su evaluación se fundamentaba en el "modelo psicométrico" de la inteligencia; se les evaluaba a través de los tests que miden el cociente intelectual y que para estos alumnos se sitúa en un mínimo de 130.

Este dato cuantitativo refleja que la persona destaca en los procesos de atención, razonamiento, memoria, lenguaje, resolución de problemas, etc., medidos por los tests de inteligencia, sin tener en cuenta los diferentes rasgos de la personalidad que contribuyen a la sobredotación intelectual.

El "modelo psicométrico" de superdotados ha evolucionado hacia el modelo actual de alumnos y alumnas con altas capacidades que incluye todas las capacidades y las potencialidades de la persona (inteligencias múltiples), así como su funcionamiento y desenvolvimiento en el medio. Las altas capacidades hacen referencia a las capacidades cognitivas, intelectuales, lingüísticas, motivaciones, intereses, creatividad y aptitudes (artísticas, musicales, científicas, literarias, sociales, corporales, dramáticas, liderazgo).

Este modelo incluye en su delimitación todos los rasgos de la personalidad (capacidad cognitiva e intelectual, cualidades personales destacables y aptitudes originales o creativas); el comportamiento en contextos significativos; y el contexto del medio familiar que condiciona el desarrollo del alumno.

Al ser un modelo personalista, la escolarización se realiza en régimen de integración total y se proponen adaptaciones curriculares y programas de apoyo educativo para atender a sus necesidades educativas especiales.

El modelo de educación de los alumnos con altas capacidades se ha desarrollado en Andalucía a través del Plan de Actuación para la Atención educativa al Alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo por presentar Altas Capacidades, que emana del plan para el desarrollo de la calidad de la educación Esfuerza. Esfuerzo educativo en Andalucía y que en su desafío primero propone la atención al alumnado con altas capacidades.

Entre los objetivos más significativos del plan destacan: la sistematización del proceso de atención temprana, la participación de profesionales especializados en su educación, la promoción de proyectos de atención a estos alumnos en los centros docentes, la colaboración entre los centros educativos y las entidades representativas de este alumnado y la estimulación de la iniciativa del profesorado para la elaboración de materiales curriculares y la mejora de las prácticas educativas.

El plan establece un conjunto de actuaciones para el logro de cada una de las metas, delimita los agentes implicados en el logro de cada una y, lo que es más importante, establece los criterios y los indicadores de evaluación del logro de cada objetivo.

Estas actuaciones ponen de manifiesto que el plan concreta las directrices de actuación para dar una enseñanza de calidad a estos alumnos y alumnas, adaptada a las necesidades peculiares de cada uno y en función de su medio familiar, escolar y social.