El consumismo navideño ha hecho que en los últimos años haya surgido una corriente entre los padres de control sobre la percepción que los más pequeños tienen de estas fechas festivas. La llegada de las luces, los anuncios de regalos, los paseos por los centros comerciales y la emotividad de la propia Navidad, consiguen surmergir a los niños en un estado de excitación qu puede, si no se canaliza adecuadamente, volverse en su contra y ser difícil de manejar por los adultos. Es por ello que unos expertos en psicología infantil han elaborado una serie de acciones para que los padres puedan aprovechar las Navidades para fomentar valores en los más pequeños. Entre esos valores destaca la gratitud. Para fomentar este valor proponen que los más pequeños hagan su bolsa o caja de regalos para los niños que no tienen, seleccionando ellos mismos, entre su ropa y juguetes que ya no usan. En el caso de la generosidad y la solidaridad, proponen el hacerles partícipes activos de determinadas acciones, como las operaciones kilo o la compra de artículos solidarios.

Para aumentar la empatía, proponer fomentar acciones dirigidas a cuidar de los más mayores, haciendo especialmente partícipes a los más pequeños. Los más mayores pueden apuntarse a algún voluntariado.