El pasado mes de noviembre tuvo lugar en Madrid el IV Congreso de Divulgación Social de la Ciencia: Cultura científica, cultura democrática. La Asociación de Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica estuvo allí y sacó sus conclusiones.

Durante tres días se han comunicado multitud de experiencias, multitud de ideas y un sin fin de preguntas y respuestas salpicaron el ambiente. El congreso internacional -bien apadrinado por el CSIC y la FECYT- logró reunir en Madrid a varios centenares de personas interesadas por el evento. Serían muchas las cosas a destacar.

Hoy queremos dar a conocer lo importante que puede resultar la colaboración entre la comunidad científica y la ciudadanía.

Dentro de la simultaneidad de comunicaciones, elegimos un conjunto de ellas que bajo el título de ´Modelos de participación ciudadana a través de la coproducción del conocimiento científico´ prometía algo diferente, algo nuevo. Era un menú desconocido pero nos atrajo la variedad. Al terminar, tras casi dos horas, superados todos los márgenes horarios, los asistentes aplaudimos con fuerza. Es algo extenso pero trataremos de abreviar. Se dan nombres y pistas por si alguien quiere buscar en Internet.

Abrió la sesión Santiago Tomás, de la Universitat Oberta de Catalunya. Su comunicación era muy sencilla: En Cataluña han elaborado una web dedicada al trastorno bipolar (ciclos de depresión alternados con euforia). Es un lugar de encuentro de los afectados, amigos y familiares. No hay publicidad ni apoyo institucional. Es un foro de no especialistas, la voz de los no expertos. Lo cierto es que los pacientes se han convertido en auténticos expertos, aparte del apoyo y compañía que se dan. En poco tiempo los expertos (psicólogos, psiquiatras) han empezado a visitar la web solicitando la ayuda de los enfermos para elaborar sus diagnósticos y facilitar los tratamientos.

La segunda nos sorprendió igualmente: Ricardo Silveira, Universidad Estatal de Campinas, Sao Paolo, Brasil. Nos contó una fantástica experiencia: La citada Universidad colabora -en igualdad de condiciones- con las cooperativas populares de triaje de residuos sólidos urbanos dentro de un proyecto de economía solidaria.

La información circula en la doble dirección, universidad-cooperativas, y múltiples mejoras han podido concretarse en la práctica. Universidad y cooperativas trabajan por la inclusión social. Investigadores y cooperativistas están encantados, a pesar de algunos problemas de comunicación. Las cooperativas de triaje se extienden por el país.

Florística y conocimiento científico en comunidades indígenas de la cuenca media del río Balsas fue comentada por Moisés Robles de la Universidad Autónoma de México. Estado de Guerrero, cerca de Acapulco. Bosque caducifolio. Alto grado de conservación. Entre población indígena y expertos de la universidad se han clasificado más de 500 especies de plantas. Se han fotografiado, se hicieron exposiciones y publicaciones. Funciona un consejo de estudio de ancianos que trabajan codo con codo con los científicos. Confluencia de intereses entre investigadores y comunidad local.

Comunicación social de las técnicas de neuroimagen y participación ciudadana, Alicia Rodríguez de la Universidad de Málaga. Estas técnicas permiten ver el cerebro mientras se siente, se miente o se piensa. Puede detectarse cierta propensión a la violencia o a comprar: respuestas diferentes ante diferentes marcas. Hay motivos para el entusiasmo, pues enfermedades como el alzhéimer o el parkinson ´avisan´ antes de que comiencen. Se trata de un terreno propicio para la participación ciudadana por las implicaciones neuroéticas que se derivan. Si manda el cerebro ¿no soy responsable de lo que hago? ¿Se puede conocer como una persona es? Las consecuencias de estos descubrimientos afectan a científicos, políticos, filósofos, investigadores, legisladores, periodistas, etcétera.

Diálogo de saberes entre el conocimiento tradicional y científico para la conservación de la piangua. Silvana Espinosa, Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras -Colombia- Costa Pacífica sur.

La piangüa es una concha, base alimenticia de una buena zona de Colombia. Las piangüeras son las mujeres que tradicionalmente las recolectan en condiciones de riesgo. Estas gentes detectan que la piangüa está amenazada debido a la sobre-explotación y solicitan la colaboración del citado instituto para conocer bien periodos de descanso, tamaño mínimo a recolectar etc. Trabajo difícil: cada afirmación de las piangüeras era contrastada por experimentos.

Finalmente, se comprobó que más tiempo de descanso de los criaderos no significaba más piangüas. Era fundamental que los pies de las piangüeras movieran la tierra. No mover la tierra significaba piangüas aprisionadas por ella y esto no permitía crecer al animal.

Actualmente las investigaciones continúan y la piangüa se está recuperando.