Un total de 8.741 alumnos y alumnas cordobeses participan este curso 2015-16 en el programa Ecoescuelas , un proyecto de ámbito europeo que tiene como finalidad impulsar la educación ambiental en la vida de los centros escolares.

La Red Andaluza de Ecoescuelas cuenta con la implicación de más de 9.000 profesores y profesoras y la participación de prácticamente 100.000 alumnos en Andalucía. La conforman 346 centros educativos, de los cuales 52 están galardonados con la Bandera Verde , un reconocimiento que los identifica durante un periodo de tres años como modelo de calidad educativa por su coherencia ambiental. Actualmente, siete colegios e institutos cordobeses están reconocidos con este galardón.

Esta iniciativa estimula el compromiso de la comunidad educativa y de las familias con su entorno, promoviendo actitudes de respeto al medioambiente mediante actuaciones concretas dirigidas al ahorro energético, el reciclado, el tratamiento de residuos, el control de la contaminación o la reducción de los niveles de consumo de agua.

Así, 32 centros cordobeses sostenidos con fondos públicos forman parte de la Red Andaluza de Ecoescuelas y desarrollan actuaciones específicas relacionadas con la mejora de su entorno natural y social. Los centros realizan proyectos para la protección de la naturaleza mediante el uso sostenible de los recursos y aportando soluciones ecológicas de aplicación en el ámbito escolar, familiar y social.

Los cuatro pilares básicos en torno a los que trabajan los centros educativos considerados Ecoescuela son el agua, la energía, los residuos y el entorno físico y humano. Para ello, se establecen cuatro etapas: sensibilización, ecoauditoria, plan de acción y código de conducta. De esta forma se pretende analizar el punto de partida de la situación medioambiental del centro en un proceso siempre abierto, y llegar a la transformación del contexto del centro escolar tanto a nivel físico y material, como a nivel de las relaciones de las personas que allí conviven.

El objetivo, al final de todo el proceso, es que el centro haya conseguido implicar a la comunidad educativa consiguiendo, entre otros, haber reducido el consumo de agua y de energía, que exista un sistema estable de recogida selectiva, que se tenga en cuenta el comercio justo y el consumo de materiales reciclados en la gestión de las compras del centro, y haber mejorado la calidad ambiental del patio y las parte externas del centro.