El colegio público La Aduana es, posiblemente, el centro cordobés que cuenta con mejor entorno, ya que su ubicación en plena sierra hace posible un contacto directo de los alumnos con la naturaleza. Conscientes de la importancia del medio ambiente, los miembros del equipo directivo del centro han decidido este curso retomar una iniciativa que ya se puso en marcha en 1985: el huerto ecológico.

La coordinadora del grupo de trabajo del huerto y jefa de estudios de La Aduana, Estrella Montoya, explica que esta actividad, en la que participan todos los alumnos del colegio, se ve reforzada con las explicaciones que se imparten en las horas de Conocimiento del medio. "Hemos creado un grupo de trabajo para apoyar esta actividad y también para intentar recibir algún tipo de subvención, ya que nuestro objetivo es integrarnos en iniciativas medioambientales", cuenta.

El resultado es un huerto que va ampliando su espacio a medida que se acerca el tiempo de siembra. Cebollas, patatas, ajos, ajetes, lechugas, habas, rábanos o alcachofas forman, de momento, la particular cosecha de La Aduana, que en breve acogerá también pimientos, tomates y berengenas. "Con los productos del huerto haremos un día de convivencia", dice Ildefonso Merino, el director del centro, que apunta que los alumnos se encargan de hacer los controles sobre el huerto, como el crecimiento de las plantas o la pluviometría.

METODOLOGIA

Estrella Montoya afirma que en la iniciativa también ha contado el interés de los alumnos, ya que si no no existiría motivación por su parte: orientada al arreglo de jardines, el conocimiento de especies autóctonas y la conservación del entorno, esta actividad combina la enseñanza activa con la observación y la experimentación, además de incluir el conocimiento de las técnicas agrícolas. "Los niños se encargan de todo, desde preparar el terreno hasta sembrar y mantener el huerto", añade la coordinadora. El terreno se abona con productos naturales, como el resultante del aprovechamiento de los excrementos del palomar del colegio o el suministrado de forma desinteresada por Sadeco. "Hemos solicitado a instituciones y comercios el apoyo, tanto económico como de materiales, para llevar a cabo esta actividad, pero sólo hemos obtenido ayuda de Sadeco y de Carrefour La Sierra, a los que estamos muy agradecidos", matiza el director.

"Es importante que nos demos cuenta del gran desconocimiento de la vida natural que tienen los niños, por eso nosotros aprovechamos nuestro entorno para que los alumnos se familiaricen con el medio ambiente y lo conozcan de primera mano", añade Ildefonso Merino. Para Estrella Montoya, esta experiencia favorece el cooperativismo, ya que alumnos de diferentes edades se ponen a trabajar juntos. "Como mínimo un día a la semana, cada curso está encargado del huerto", dice la jefa de estudios, que recuerda que se ha realizado una exposición de útiles antiguos de la tierra en miniatura, propiedad de Juan Luna.

El colegio La Aduana, que actualmente cuenta con 100 alumnos, de los que el 10% son inmigrantes procedentes en su mayoría de Colombia y Ecuador, y cuya oferta incluye educación primaria, tiene proyectos innovadores como el de inglés en primaria. Además, intentarán integrarse en el plan de apertura de centros el próximo año. "Posiblemente se amplíe el número de unidades y la oferta educativa del centro", adelanta el director. De momento, su iniciativa es un ejemplo a seguir como modelo de educación en valores.