Álvaro Muñoz es de Lucena (Córdoba), pero actualmente estudia y vive junto a su familia de acogida en el estado de Illinois (Estados Unidos) gracias a la beca Fundación Amancio Ortega que consiguió para este curso. Duda entre Derecho y Relaciones Internacionales para estudiar en un futuro, sin descartar trabajar con los idiomas, en especial el inglés. En su blog Un lucentino en USA cuenta sus experiencias en Estados Unidos.

-¿Se están cumpliendo tus expectativas?

-La verdad es que sí, esperaba una cultura bastante más diferente a la española y así ha resultado ser. También tenía buenas expectativas para el instituto y sin duda no tiene nada que ver con los centros de España.

-Todo no será color de rosa, ¿cuál es la principal dificultad con la que te has encontrado?

-Al principio me costó un poco integrarme en lo que viene siendo el instituto, me parecía enorme y me sentía perdido. Sin embargo, gracias a mi hermano de acogida fue mucho mejor la segunda semana y todo empezó a tener más sentido. Quizá otra de las dificultades es la diferencia de culturas. También me fui acostumbrando y finalmente he encajado perfectamente.

-¿Cuáles eran tus miedos antes de cruzar el charco?

-El cómo iba a reaccionar sin estar con mi familia durante diez meses o si iba a ser capaz de hacer amigos y relacionarme fácilmente. Sobre este último tema no me habían hablado muy bien, pero desde mi experiencia puedo decir que los primeros días eres la novedad y todo el mundo quiere conocerte.

-Nueve estudiantes cordobeses han conseguido la beca para el próximo curso, ¿qué les aconsejarías?

-Enhorabuena por haber conseguido la beca, es un orgullo para todos los cordobeses. Les aconsejaría que no tengan miedo a relacionarse. Les recomiendo que intenten hablar con todo el mundo y que se unan a cualquier deporte del instituto, como hice yo con el fútbol. El deporte es muy importante en América, y de esta manera conocerás a mucha más gente. Sobre todo, aconsejo paciencia y no venirse abajo cuando las cosas no vayan como uno esperaba. Pura experiencia personal.

-Cuando vuelvas a España y mires hacia atrás, ¿con qué te quedarás de esta experiencia?

-Lo más importante de esta experiencia es cómo uno cambia, siendo más maduro, independiente y cómo llegas a conocerte a ti mismo y a tus propios límites. Sin duda, pasar un año en el extranjero cambia tu personalidad y tu manera de mirar las cosas y hacia el futuro. Además me quedaré con las grandes amistades que he formado y con mi familia americana.