El Gobierno no ha tenido en cuenta los efectos de la sequía en el olivar cordobés y en la renta de los agricultores como lo está teniendo en otras zonas de Andalucía, donde ha reducido del 26% al 18% los rendimientos para el aceite de oliva en la declaración del IRPF. Aunque hay descontento en otros puntos de nuestra comunidad autónoma, en Córdoba las cooperativas han puesto el grito en el cielo, pues esperaban una corrección que no se ha producido (el BOE solo reducía en Córdoba el rendimiento para la aceituna de mesa). No entiende el sector olivarero cordobés que se considere la reclamación de Jaén, donde la media de kilos de aceite por hectárea es superior a la de Córdoba (865 kilos frente a 768), y se atiendan las dificultades de sus agricultores por la pérdida de cosecha y no las de los cordobeses. El Ministerio de Agricultura quizá esté a tiempo de rectificar.