Desde que a final de junio del 2015 se abrió al tráfico la nueva variante de Los Visos hasta que se han resuelto los problemas que originó han transcurrido tres años, y todavía quedan otros nueve meses de espera para que termine la remodelación. Más de tres años que se han hecho muy largos para los usuarios habituales de esta ruta, que desde el primer momento --a los tres días ya se hacían públicas las primeras protestas-- dejó ver su principal deficiencia: la salida 403, convertida en un embudo que concentraba la salida del tráfico de la A-4 hacia la avenida de Granada y el Sector Sur, con los enlaces hacia la carretera N-432 Badajoz-Granada, más los vehículos que se dirigían hacia los polígonos industriales de La Torrecilla y Amargacena. Todos por la famosa salida 403, con sus atascos cotidianos y donde ha habido 50 accidentes, uno de ellos mortal. La maquinaria del Ministerio de Fomento ha reaccionado muy despacio, pero ya está en marcha. La apertura, el viernes pasado, de una salida provisional en el punto kilométrico 403,6 enlaza con los polígonos industriales y ha procurado un alivio inmediato en la circulación, si bien la paciencia de los conductores (y su prudencia) se pondrá a prueba muchos meses, pues a partir del día 11 se cierra el primitivo acceso para continuar con las obras. Bien está lo que bien acaba, pero es incomprensible que se haya dejado transcurrir tanto tiempo para enmendar fallos detectados desde el primer momento. Córdoba tiene que ser más exigente con las administraciones y no permitir casos como el citado o como el deterioro del firme de 70 kilómetros de la autovía A-4 a su paso por la provincia, tan peligroso que ha obligado a reducir la velocidad máxima de circulación a 100 Km/h, lo que motivó serias protestas de los alcaldes y que Fomento empieza hoy a reparar.