El servicio de estudios del BBVA estima que la venta de viviendas crecerá un 6,5% el año que viene, en el que los precios se elevarán el 3,5% y cerrarán el ejercicio en niveles del 2004. Según sus estimaciones, ello supondrá una aceleración del encarecimiento de los pisos desde el 2,5% que prevé para el 2016, si bien habrá una moderación de las ventas desde el 10% que augura para el presente ejercicio debido al menor crecimiento económico.

"Es un crecimiento sano, basado en una buena evolución de los fundamentales", ha defendido Félix Lores, economista del banco especializado en el sector inmobiliario, ahuyentando el fantasma de que se pueda estar gestando una nueva burbuja inmobiliaria. "Las expectativas (de los compradores) están en línea con la evolución de los fundamentales de la economía", ha abundado David Cortés, otro de los especialistas de la entidad. La mejora del mercado inmobiliario, eso sí, no está siendo homogénea. En Madrid, el eje mediterráneo y las islas está prácticamente normalizado, pero en el centro y el norte la recuperación todavía acumula cierto retraso.

El 2016, han explicado, está siendo un "buen año" para el sector gracias a la mejora de la renta disponible de las familias propiciada por el aumento del empleo, la confianza de los consumidores en máximos históricos, y las compras por parte de extranjeros (crecieron el 20,8% en el primer trimestre, hasta suponer el 18% del total). El 'Brexit' del Reino Unido, cuyos ciudadanos lideran las adquisiciones foráneas (20% del total), es uno de los factores que explican la desaceleración de las ventas previstas para el próximo ejercicio: "Es un posible riesgo, aunque pensamos que el Reino Unido va a seguir tendiendo un papel importante".

FACTORES DESACELERADORES

La salida del país de la Unión Europea, así, puede restar entre 0,3 y 0,4 puntos a la economía española el año que viene, si bien su impacto puede ser mayor en la Comunidad Valenciana y Murcia (0,5 a 0,6 puntos). Otro factor que reducirá las ventas en el 2017 es el de los menores vientos de cola de que se beneficiará la economía, que pasará de crecer el 3,1% al 2,3%. El petróleo estará más caro de lo esperado, la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) moderará su impacto, las incertidumbres sobre la política económica española restarán 0,7 puntos del PIB entre este año y el próximo ("Podrían estar condicionando las decisiones de inversión de hogares y empresas y terminar afectando tanto a la demanda como a la oferta residencial"), y Estados Unidos reducirá su crecimiento.

Con todo, han apuntado, España crecerá más que la media europea y creará 800.000 empleos en el 2017. Ello sumado a la política de créditos baratos impulsada por el BCE hará que el mercado inmobiliario vuelva a registrar una buena evolución. De hecho, los ratios de accesibilidad de las familias a la vivienda (medida según su renta disponible en relación con los precios y el coste de la financiación) está en máximos históricos en todas las comunidades autónomas, aunque también con mucha dispersión entre unas y otras.

El suelo también contribuye a la mejora del sector: la superficie vendida en el primer semestre creció un 19,2%, con una revalorización del precio del 5,9%. Además, la finalización de viviendas sigue reduciéndose y en los próximos trimestres tocará suelo. Una situación que estimula la nueva construcción: el BBVA augura que la firma de visados cerrará con un crecimiento de en torno al 40% en el 2016, hasta cerca de los 70.000, y el año que viene podrían alcanzarse los 90.000, con un alza del 25%, frente a los poco más de 34.000 del 2014.