El supervisor jefe del Banco de España, Pedro Comín, máximo responsable del grupo de inspectores que supervisaba la operación de salida a bolsa de BFA-Bankia y el director de departamento, Pedro González, deben en la segunda sesión del juicio por el 'caso Bankia' aclarar ante el juez las razones por las que desoyeron los consejos de los técnicos.

En calidad de investigados dan ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu sus explicaciones sobre los informes que elevaron a la Dirección de Supervisión dando el visto bueno a la operación bursatil que desemboco en una crisis mayúscula de la entidad y cuantiosas pérdidas para los inversores.

Los correos electrónicos del inspector José Antonio Casaus serán una de las claves. Casaus advirtió insistentemente a sus superiores en abril del 2011 de que la solución ideada por Bankia -bajo el mandato de Rodrigo Rato- de salir a bolsa con una estructura de doble banco era poco adecuada y acarrearía cuantiosas pérdidas. En concreto, Casaus alertó a Comín de que separar el banco malo y dejarlo en la matriz BFA lastraría a la filial. En opinión del técnico la viabilidad de la operación era "cuestionable por sus muy graves y crecientes problemas de rentabilidad, liquidez y solvencia". Comín recibió esa información antes de que la entidad saliera a bolsa, varios meses antes, bajo la dirección del entonces presidente del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, también citado como investigado en la causa.

Desde el punto de vista de los supervisores, la operación disponía de provisiones financieras suficientes para ser un éxito, ya que según sus cálculos existían del orden de 7.000 millones de euros para sustentar la operación. Los peritos calcularon posteriormente que esos fondos no superaban los 500 millones de euros.