Nuevo capítulo del escándalo ‘dieselgate’. Después del alemán Volkswagen, el francés Renault y el ítalo-americano Fiat-Chrysler en el punto de mira de la justicia francesa se encuentra ahora el grupo PSA Peugeot Citroën. La dirección general antifraude ha detectado serios indicios de fraude en las emisiones de sus motores diésel durante los test de homologación, según ha revelado este viernes ‘Le Monde’.

El diario ha tenido acceso al informe de la investigación judicial abierta el pasado mes de abril. El constructor, uno de los mayores del mundo en el sectro del automóvil, desmiente las acusaciones y ha presentado una denuncia por violación del secreto de instrucción.

Los investigadores sostienen que PSA ha puesto en marcha una estrategia global para fabricar motores fraudulentos y comercializarlos y que el caso puede afectar a casi dos millones de vehículos diesel Euro5 que la empresa gala habría vendido en Francia entre septiembre de 2009 y septiembre del 2015.

De confirmarse las irregularidades detectadas por antifraude, PSA se arriesgaría a tener que pagar una multa de 5.000 millones de euros, equivalente al 10% de la cifra de negocio del grupo en los últimos años. Los títulos del constructor se han visto penalizados en bolsa por la noticia. PSA asegura, no obstante, que no han recibido ninguna notificación judicial y desmiente que exista ningún tipo de estrategia fraudulenta en el uso de sus tecnologías.

Respeto a las reglamentaciones

En un comunicado, el fabricante subraya que "respeta las reglamentaciones en todos los países en los que opera y que sus vehículos nunca han estado equipados con un programa o dispositivo" para detectar el test de homologación y activar un mecanismo especial de contaminantes.

No es eso lo que opinan los investigadores. Creen que el grupo automovilístico ha trucado sus motores diésel para minimizar las emisiones contaminantes de óxido de nitrógeno (NOx) en las pruebas de homologación. Lo haría a través de un dispositivo que activa un régimen bajo de emisiones cuando detecta las condiciones de los test mediante un "calculador de control del motor".

Los modelos afectados, según antifraude, serían los Peugeot 208, 807 y 5008, así como los Citroën C3 y C5. Todos estos vehículos no superaban el límite de emisiones de NOx (180 miligramos por kilómetro) en los test pero en condiciones reales superaban la normativa entre un 30 y un 170 %.