La delicada situación del Banco Popular llega hoy a los despachos del Banco Central Europeo. Tras haberse dejado en bolsa más de un 48% de su valor en apenas una semana, las acciones del Popular han vuelto a caer el 5% en la apertura para ir equilibrando la situación en torno a las 9.30 horas este martes. El banco vale en los mercados apenas 1.400 millones de euros, el 63% menos que a principios de año. En el trasfondo de la caída una pérdida clara de confianza en el valor ante las dificultades para encontrar un comprador solvente. El presidente de Popular, Emilio Saracho, y su consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín, se reunen este martes con el BCE para evaluar los resultados de la inspección que está realizando la institución presidida por Mario Draghi.

Los responsables del Popular tienen en su portfolio de peticiones solicitar al supervisor un refuerzo de su posición de liquidez, si se viera debilitada por las posibles retiradas de depósitos de la entidad, que en mayo alcanzó una ratio de liquidez del 146% y cumplía con todos los requisitos regulatorios. A 31 de marzo de este año, los recursos propios de Popular ascendían a 10.777 millones de euros, al tiempo que la ratio de capital total se situaba en el 11,91%.

DESINVERSIONES

La entidad continúa inmersa en su proceso de venta después de que la pasada semana acometiera la desinversión de toda su participación en Targobank y se elevaran sus posiciones cortas hasta el 12,06% del capital total, acercándose a máximos. La alta volatilidad que experimenta el banco en bolsa condujo a su segundo accionista, la gestora de fondos Blackrock, a reducir su participación desde el 4,09% hasta el 1,775%, desprendiéndose de unas 97,15 millones de acciones de la entidad.

Tras este movimiento, en el accionariado de Popular se encuentra en primer lugar la Sociedad General Financiera y Fiduciaria, que engloba la Sindicatura de accionistas y cuya participación asciende al 9,873%, seguida por Crédit Mutuel, con un 4,061%. Precisamente esta última ha dejado el consejo de administración del banco y ha ahondado en la huida de los inversores.

PROCESO DE VENTA

En cuanto a su proceso de venta, en un primer momento los bancos de inversión que asesoran a la entidad habían marcado el 10 de junio como fecha límite para recibir ofertas vinculantes de compra, si bien el proceso se ha extendido hasta finales de mes.

Entre los posibles compradores, Santander y Bankia son los que, por el momento, han mostrado una mayor predisposición por hacerse con el negocio de Popular, aunque los interesados en la fusión podrían variar en función de cómo avance el proceso, por lo que es posible que BBVA se sume a la puja, de la que podría descolgarse el banco nacionalizado, indicaron a Europa Press en fuentes financieras.

Por el momento, la entidad no ha recibido ninguna oferta en firme ni ha tomado ninguna decisión, por lo que no se descartan otras alternativas de futuro. Entre ellas, algunos analistas sitúan la ampliación de capital, la desinversión de más activos no estratégicos o incluso la intervención por parte de las autoridades públicas si no funcionan las anteriores.