Por octavo año consecutivo, un periodo que abarca la crisis y cierta recuperación, el turismo sigue siendo el motor de la economía española. En el 2017 supuso el 11,5% del producto interior bruto (PIB), tres décimas más que el año anterior, movió 134.000 millones de euros y creó 77.501 nuevos empleos. Gracias, principalmente, a la demanda extranjera y pese al impacto de la crisis política de Cataluña sobre todo centrada en el último trimestre, y que restó 319 millones de euros, según Exceltur, el lobi que agrupa al 90% de empresas hoteleras, de ocio y de transportes del sector. Ello no ha impedido que sea la comunidad más beneficiada en número de visitantes y por el gasto que han realizado.

Es posible que cuando se conozca el balance de turismo mundial, (la próxima semana en vísperas de la feria Fitur) España haya desbancado a EEUU como segundo país receptor de turistas. Así ha sido al menos hasta el pasado mes de noviembre, según los datos que dio a conocer el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, en la noche del miércoles, tras anunciar Mariano Rajoy, en Roma, el nuevo récord de visitantes: 82 millones.

En el 2016, Francia -primera potencia turística del mundo-recibió a 82,6 millones de personas y EEUU, en el segundo puesto, tuvo 75,6 millones. España le pisaba los talones con 75,3 millones. De ahí que el Gobierno espere presumir dentro de poco de adelantar al gigante norteamericano.

PUJANZA

Las cifras que muestran la pujanza del sector en España son incontestables: el PIB turístico crece el 4,4%, las ventas lo han hecho el 6,6%, las empresas vinculadas a esta actividad han mejorado sus resultados el 6,3% y el gasto medio por turistas ha subido el 1,5%. Con un crecimiento por encima de la economía del país, el sector turístico aporta estabilidad y «puede resistir más que bien a un buen número de adversidades», según José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur.

El éxito, un año más, se debe a los visitantes extranjeros, que pueden aportar a la balanza de pagos unos 60.000 millones de euros, según las previsiones de los empresarios. La mejora se debe, entre otras cosas, a que ha aumentado los viajeros de mercados de mayor gasto (norteamericanos, asiáticos, rusos y latinoamericanos) además del incremento de precios de los alojamientos por dicha demanda.

Los españoles prefieren viajar fuera. La demanda de viajes al exterior ha crecido el 13% gracias a unos precios muy competitivos por el abaratamiento del transporte aéreo. Cuando eligen quedarse en España optan por los alojamientos más económicos en vista de que la masificación presiona al alza los precios.

El atentado terrorista de agosto en la Rambla no dañó al sector en Cataluña ni en Barcelona, pero sí lo ha hecho la crisis política centrada en el último trimestre del año: la demanda turística cayó el 9,6% en octubre y noviembre.

PREVISIONES

Los empresarios son optimistas sobre la temporada del 2018, excepto por lo que respecta al primer trimestre, sobre el que aún pesan elementos de inestabilidad política.

Pero hay otras sombras que amenazan la evolución de la primera industria española. Han constatado un caída de los viajes de negocios y una gradual recuperación de los principales mercados competidores de España en turismo de sol y playa. En la segunda mitad del 2017 Egipto, Turquía y Túnez sumaron 8,5 millones de turistas más.