Rodrigo Rato se ha acogido a su derecho a no declarar ante el juez de instrucción de Madrid Antonio Serrano-Arnal, que investiga los supuestos delitos cometidos por el exvicepresidente del Gobierno con sus negocios. El también expresidente de Bankia ha argumentado que no tiene un conocimiento detallado de los hechos que se le imputan y que no se ha emitido el informe con toda la documentación que se le incautó, según fuentes jurídicas.

El exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha mostrado dispuesto a declarar, a colaborar con la justicia y acudir a los juzgados cuando se le cite, según las fuentes. El juez tiene previsto volverle a llamar cuando la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (Onif), que depende de Hacienda, emita el informe sobre los miles de documentos que se le intervinieron.

Rato ha estado ante el juez entre 20 y 30 minutos. La Fiscalía Anticorrupción le imputa cinco delitos fiscales y uno de blanqueo de capitales. De momento no se ha hablado de alzamiento de bienes, como aparecía en el informe inicial de la Onif, pero este delito podría volver a aparecer mas adelante en función del nuevo informe de la unidad de la Agencia Tributaria.

Llegó en su vehículo a las 10.30 de la mañana y aparcó en el aparcamiento subterráneo del que disponen los funcionarios. La Jefatura Superior de Policía de Madrid informó al juez decano madrileño, Antonio Viejo, de que los riesgos asociados a la declaración del expresidente de Bankia hacían conveniente que accediera al edificio a través del parking.

Una decena de preferentistas, que le esperaban en la calle, mostraron su indignación por esta decisión que consideran un "trato de favor". Esgrimiendo pancartas, lo recibieron con insultos y gritos de "ladrón" poco después de su llegada.