La sombra de la reforma laboral del 2012 es alargada. Los trabajadores siguen bajo los efectos directos de los cambios normativos que introdujo el Gobierno del PP en pleno desplome del mercado laboral. Una de las grandes vías de precarización del empleo fue la puerta abierta a subcontrataciones low cost como las que pusieron sobre la mesa el colectivo de las kellys, las limpiadoras de habitaciones de hotel que han abanderado la lucha para recuperar derechos y que sus sueldos remonten más allá del salario mínimo interprofesional (SMI).

Los tribunales, los sindicatos, los partidos de la oposición y algunas empresas y patronales han aumentado la presión con propuestas o acuerdos para taponar este coladero de precariedad laboral.

CONTRA EL PODER ABSOLUTO

El frente judicial ha tenido efectos contundentes al cargarse los tribunales aproximadamente 50 convenios declarados como fraudulentos y en los que se basaba la subcontratación de actividades con sueldos próximos al SMI. Esos convenios de empresa aprovecharon el poder absoluto que les dio la reforma laboral para degradar acuerdos sectoriales que antes eran intocables en aspectos como el salario. Sin embargo, se han producido numerosos recursos que harán que el Tribunal Supremo (TS) tenga la última palabra y que en algunos casos se sigan aplicando los convenios impugnados aprovechando que las sentencias no son firmes o una reformulación de los mismos.

Ante la presión de las asociaciones de kellys, de los sindicatos y de partidos de la oposición, algunas empresas y asociaciones empresariales ya dan por inevitable el camino hacia la equiparación de las condiciones laborales de las empleados víctimas de la subcontratación low cost con las de las compañías en las que prestan sus servicios.

Para muchos existe un claro paralelismo entre la situación actual que vive la subcontratación laboral de las llamadas empresas multiservicio con la que llevó a las empresas de trabajo temporal (ETT) a acabar mejorando los sueldos que pagaban después de un conflicto laboral de varios años que se zanjó con la equiparación salarial en 1994.

Una de las últimas iniciativas para pasar página en las subcontratas de bajo coste ha sido la firma de un convenio entre las filiales de Adecco y los sindicatos CCOO y UGT. El pacto prevé una equiparación progresiva de las condiciones laborales que tienen los trabajadores de subcontratas de Adecco con los convenios colectivos sectoriales de referencia en cada actividad concreta.

«Decidimos dar un paso adelante en outsourcing y tomar la iniciativa. Teníamos el precedente de lo que pasó con la regulación de las ETT en 1994 y creemos que el futuro de la subcontratación también pasa por la equiparación salarial», asegura Santiago Soler, secretario general de Adecco. «Al principio también entramos en la subcontratación con convenio propio con sueldos muy bajos, pero tuvimos que salir porque no era rentable y nuestros clientes nos piden seguridad jurídica», detalla Joan Ferrer, director de Adecco Outsourcing. De hecho, el convenio anterior de Adecco fue uno de los que recibieron sentencias en contra. En estos momentos, los 10.000 empleados que tiene Adecco en subcontratas con otras compañías ya han equiparado sus condiciones en un 66%, según la firma.

DEVOLVER COMPETENCIAS

El pacto de Adecco, que prevé una subida salarial del 13% durante los cuatro años de vigencia, generó discrepancia en el seno de UGT, donde la dirección del sindicato impugnó la firma del acuerdo por parte de la Federación de Servicios al considerar que iba más allá de sus competencias. Finalmente, el convenio colectivo salió publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). CCOO destacó entre las virtudes del pacto conseguido que significa de hecho dar la vuelta de facto a la reforma laboral y devolver competencias al convenio sectorial.

A través de la negociación colectiva, los sindicatos han llegado también a acuerdos con patronales para vetar o mejorar las condiciones de las plantillas que están subcontratadas como las kellys. Los convenios de hostelería de Cataluña, Canarias y Baleares van en esa dirección.

Sin embargo, la equiparación no es suficiente para erradicar esta vía de precariedad laboral que «esconde al verdadero empresario, que intenta recortar las retribuciones y los derechos», explican desde la cooperativa de abogados Colectivo Ronda que asesora a la asociación de limpiadoras de habitaciones. «La limpieza de las habitaciones forma parte de la actividad consustancial de un hotel. Es muy difícil tener una subcontrata con autonomía y sin control en la limpieza de las habitaciones. Se encubre quien es el verdadero empresario y se degradan las condiciones de trabajo», asegura.