La compra de un automóvil que no puede acogerse al plan PIVE puede llegar a ser más rentable para el cliente que acogerse a la ayuda estatal. La razón es que la ayuda del Estado tributa en elIRPF. Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) recuerdan que todos aquellos compradores que se acojan al plan PIVE deberán tributar en el IRPF por los 750 euros de ayuda estatal al adquirir un vehículo nuevo; no así por los 750 euros que aporta como mínimo la marca, que se consideran un descuento comercial.

El objetivo de cualquier comprador es conseguir el mayor descuento posible, y es habitual que el incentivo de las marcas a la venta de muchos vehículos supere el del plan PIVE, y más si se tiene en cuenta el efecto fiscal. De los 225 millones de ayudas del Plan PIVE 8, los técnicos de Hacienda estiman que el Gobierno reintegrará 69,1 millones de euros cuando sus beneficiarios integren en la declaración de la renta del 2015 esta subvención como ganancia patrimonial no procedente de una transmisión patrimonial. A nivel individual, el IVA varía si el comprador es una persona con movilidad reducida o el coche se matricula a nombre de personas con discapacidad para su uso exclusivo, en cuyo caso se exige el tipo del 4%. Además, no se exige el impuesto de matriculación al adquirir un vehículo con un nivel de emisiones de CO2 inferior o igual a 120 g/km. (ver las condiciones para acogerse al plan PIVE)

DINERO A DEVOLVER

Los técnicos de Hacienda estiman un impacto fiscal medio de 232,50 euros para el tramo de rentas que, por lo general, puede optar a la compra de un vehículo nuevo (entre 20.200 y 34.000 euros brutos anuales) y de 352,50 euros para las personas con ingresos superiores a 60.000 euros. No todos los coches pueden acogerse al plan PIVE, pero esa falta de incentivo no afecta en la práctica a las ventas de los vehículos afectados. La tributación varía en el caso de que el beneficiario de la ayuda forme parte de una familia numerosa, dado que obtendrá una ayuda estatal del doble de cuantía, 1.500 euros, por lo que la cantidad a pagar a Hacienda también es sensiblemente mayor, aunque se mantiene el mismo porcentaje en la escala de gravamen.

EL COCHE, PRODUCTO DE LUJO

El automóvil es el producto de lujo más extendido. Se trata de la inversión o gasto más importante de las familias españolas tras la vivienda. Quizá por eso, la venta de vehículos es compleja para los concesionarios. La calidad de los automóviles ha aumentado pero su precio también. Paralelamente, los salarios más bajos son mayoría. Como consecuencia, los jóvenes parecen distanciarse de la necesidad de ser propietarios de un objeto de lujo cuyo uso justifica pocas veces el gasto necesario.

En los concesionarios de automóviles confiesan que el coche sigue siendo una inversión emotiva, de estatus y de personalidad, una forma más de la moda, elementos que cimentan una industria que requiere conquistar al cliente mediante argumentos distantes de la lógica económica y que los más jóvenes están lejos de aceptar en su mayoría.

TENDENCIAS

El uso exclusivamente lúdico del automóvil pide a gritos la aparición de un nuevo segmento de vehículo realmente utilitario de precio ultrabajo y costes de mantenimiento casi nulos. Ni siquiera los automóviles fabricados en países emergentes han conseguido ofrecer el vehículo a coste mínimo y a gustos de la mayoría, el 'hard discount' del coche acertado todavía está por llegar. La abundancia de vehículos en las calles con precios superiores a los 40.000 euros constata la existencia todavía de un mercado de clientes conquistados por el sector, pero que tiende a languidecer al ritmo que marcan los ajustes de salarios, el alza de las fórmulas de transporte colectivo o colaborativo y la caída de los precios de los billetes de avión.