Oryzon cerró el año pasado con unas pérdidas de 5,4 millones de euros, frente los números rojos de 991.903 del 2015. La biotecnológica catalana fundada por Carlos Buesa y Tamara Maes atribuye estos resultados a la "especificidad" del modelo de negocio de la biotecnología.

Las variables que contribuyen a estos resultados son el hecho de encontrarse en la fase de desarrollo de fármacos, que tienen periodos de maduración superiores al año natural. A la vez, por ello, carece de ingresos recurrentes.

Las pérdidas de explotación, 4,6 millones, superaron con creces las del ejercicio anterior (-232.933 euros).

La compañía ingresó 735.312 euros, frente a los 4,3 millones del 2015. Además se suman 4,3 millones por trabajos realizados para el propio inmovilizado. Las inversiones en investigación y desarrollo (I+D) ascendieron a 5,2 millones.

La compañía, que selló un acuerdo con la farmacéutica suiza Roche, finalizó de forma satisfactoria el ensayo clínico en fase I/IIA en leucemia aguda del fármaco epigenético ORY-1001, que presentó en la Conferencia ASH-2016 en diciembre en San Diego (EEUU). Eso permitió realizar una demostración de prueba de concepto biológica y la caracterización de las primeras respuestas clínicas.

NUEVO ENSAYO

Estos datos contribuyeron a que Roche decidiera iniciar un nuevo ensayo clínico en fase I para la indicación de cáncer de pulmón de célula pequeña, que financiará en su totalidad, como establece el acuerdo sellado con Oryzon.

A su vez, el ensayo clínico en fase I del ORY-2001 en voluntarios sanos para evaluar su potencial para tratar el Alzheimer avanza también de forma satisfactoria, según la compañía.

Al cierre del 2016, el efectivo e inversiones financieras a corto plazo ascendían a 27,3 millones, con un aumento de 5,6 millones con respecto a un año atrás. Esto consolida "la posición financiera y garantiza el desarrollo de las actividades de I+D a lo largo de los próximos trimestres", según la empresa.