La OCDE detecta signos de ralentización en el crecimiento económico de sus Estados miembros, incluidos los países que conforman la eurozona. El pronóstico del organismo internacional se apoya en los indicadores compuestos avanzados (ICA), concebidos para anticipar los puntos de inflexión de la actividad económica de un país respecto a su tendencia con entre seis y nueve meses de anticipación.

Según dichos indicadores mensuales, publicados ayer, la desaceleración del crecimiento en la eurozona viene marcada por la pérdida de una décima con respecto al mes de mayo, situándose en 99,9 puntos -por debajo del nivel de 100 que marca la media a largo plazo-.

En Europa, Alemania (100,1), Francia (99,7), Italia (100,1) y Reino Unido (99) son los países más afectados por la inflexión en el crecimiento. En el último mes, sus índices ICA han descendido una décima. Una tendencia que también afecta a la economía española cuyos índices pasan de 99,64 en mayo a 99,52 en junio, una pérdida de 0,12 puntos y acumula cuatro meses por debajo de los 100 puntos.

Para establecer dichos indicadores, la OCDE combina diversos tipos de variables: desde la detención precoz de los cambios en la actividad económica, pasando por el impacto de los cambios en el marco regulatorio, incluyendo las perspectivas de producción industrial. Observando la tendencia de los ICA, la organización internacional alerta de una desaceleración que afecta a varias de las principales economías mundiales: Estados Unidos (0,08), Japón (-0,07), Canadá (0,09 puntos), Alemania (0,11), Reino Unido (0,08), Francia (0,10) e Italia (0,13).

Si bien Estados Unidos y Japón registran un descenso muy similar al del resto de países afectados, la OCDE pronostica un crecimiento estable para sendas potencias en los próximos meses. La desaceleración económica vaticinada por el organismo afecta también a las economías emergentes.