'Blockchain' está revolucionando ya la economía mundial. La OCDE constata en su último informe 'Technology Outlook' el auge imparable de las aplicaciones de utilizan la cadena de bloques, un mínimo de 300.000 transacciones al día solo en compraventa de bitcoins, por ejemplo, y analiza el impacto en múltiples sectores. Las criptomonedas son la aplicación más visible, pero otros ámbitos de actividad son ya objeto de la desintermediación que implica esa tecnología de validación de transacciones. La denominada banca en la sombra tiene en 'blockchain' un aliado inestimable para su desarrollo. Préstamos entre particulares, organizaciones de inversión opacas, fondos de inversión... el catálogo de posibilidades se ampliará en el futuro restando protagonismo incluso a los paraísos fiscales. La OCDE insta a modificar los marcos normativos con urgencia para evitar que 'blockchain' se consolide como un nuevo mundo al margen de la ley y perjudique a actores en los que se basa el sistema económico actual.

La desintermediación extrema lleva a la puesta en contacto del dinero y aquel que lo necesita sin intermediarios; la banca en la sombra campa a sus anchas; facilita la creación de sistemas de pago descentralizados sin reguladores, como bitcoin; fomenta la aparición de plataformas de venta de productos sin supervisores, y todo ello protagonizado por actores económicos anónimos. Y la propia tecnología defiende que cualquier operación no puede ser anulada y sus autores pueden proteger su identidad.

PRINCIPIOS TECNOLÓGICOS

La tecnología 'blockchain' o cadena de bloques se configura como una base de datos distribuida diseñada para evitar que lo publicado sea modificado una vez validado. Los participantes en la cadena certifican en un momento determinado un hecho, un contrato, una compraventa... El principio básico es el consenso o acuerdo entre los nodos participantes. El tipo de algoritmo más utilizado es el de prueba de trabajo cronológica en el que hay un proceso abierto competitivo y transparente de validación de las nuevas entradas (llamado minería). También existen mercados de compraventa de esos activos creados.

CONCENTRACIÓN DE PODER

La OCDE alerta en su informe de la creciente concentración de poder que se está produciendo en torno a estas redes 'blockchain', algunas completamente públicas como bitcoin y otras de acceso restringido (como Ripple o Corda). Como ejemplo, apunta a que "más del 50% del poder para la creación de bitcoins está concentrado en cinco grupos 'mineros' en todo el mundo". Esos grupos están fundamentalmente en China. La situación es más alarmante de lo que se piensa, ya que según la OCDE "uno solo de ellos tiene el control de más de la mitad de la capacidad computacional de la red".

CRECIMIENTO EXPONENCIAL

El crecimiento de bitcoin ha puesto en aprietos al sistema ya que se procesan al menos 300.000 operaciones al día y el sistema tiene una capacidad limitada para asegurarse que esas operaciones son correctas. Una operación recibe el visto bueno en unos 10 minutos. Visa, por el contrario, es capaz de procesar 150 millones de operaciones diarias y casi en tiempo real. En cualquier caso la inversión en criptomonedas no es aconsejable, como advierte la CNMV. La increíble revalorización del bitcoin en los mercados internacionales no esconde que el activo "no es adecuado para los pequeños inversores, debido a la complejidad y alto riesgo que implica", dice la CNMV. La segunda advertencia es común a cualquier mercado con riesgo: "Los resultados pasados no es un indicador confiable de resultados futuros".

ETHEREUM

Ethereum es la segunda mayor red mundial que utiliza 'blockchain' tras bitcoin. Según la OCDE, tiene una capitalización superior a los 4.000 millones de dólares y un volumen de transacciones superior a los 100 millones de dólares diarios. Detrás de Ethereum y su lenguaje de programación propio, Solidity, se encuentra un verdadero estándar para el desarrollo de aplicaciones basadas en la validación de cadena de bloques. Otras plataformas con tecnología propia son Tootstoc, Monax, Lisk o Tezos.

ROBO

Estos programas de control descentralizados no están exentos de fallos y Ethereum se vio implicado en uno de los más sonados: el robo de 50 millones de dólares en julio de este año a cargo de alguien todavía no identificado. El caso TheDAO puso en evidencia los efectos de una vulnerabilidad técnica en un engranaje económico de ámbito mundial. TheDAO ponía en contacto inversores para realizar inversiones en común. Su actividad era similar a la que llevan otras firmas de banca en la sombra como Mintos, por ejemplo. El sistema realizó una inversión de 150 millones en ethereums y una tercera parte de la inversión se volatilizó, literalmente. Una vulnerabilidad en el código utilizado permitió que alguien se apropiase de 50 millones. El colectivo Ethereum asumió la pérdida, pero el informático que descubrió el 'bug' y se apropió de 50 millones no ha aparecido.

APLICACIONES DEL 'BLOCKCHAIN'

Pero las capacidades de 'blockchain' van más allá de las criptomonedas. La tecnología se aplica en la denominada internet de las cosas, directamente a la hora de conectar aparatos entre si sin mediación humana expresa. Pueden ser neveras que encargan la compra directamente al comprobar la merma de existencias, automóviles capaces de relacionarse con otros automóviles y el entorno y prescindir de conductor, o cualquier otra aplicación que requiere compartir información y llegar a acuerdos o validaciones. Akaxha y Steem.it son redes sociales distribuidas al estilo de Facebook que funcionan sin una organización centralizada. OpenBazaar es una tienda virtual al estilo eBay pero sin intermediarios. Plataformas de uso de vehículos o de transporte como Lazooz o ArcadeCity utilizan también tecnología 'blockchain', una especie de Uber pero sin empresa central.

REFORZAR LAS LEYES

La OCDE considera imprescindible "reforzar las leyes dirigidas a prevenir las prácticas ilegales". La vía será, en opinión del organismo, la capacidad de imputar responsabilidades por los perjuicios causados, pero los responsables directos casi nunca se conocen. La OCDE señala directamente a los mineros o creadores de criptomonedas como principales actores y futuros responsables de todos los daños causados a los pequeños inversores, junto a los intermediarios que transforman criptomonedas con dinero real y los operadores que interactúan con estos sistemas. Sobre ellos propone la OCDE se centren las normativas reguladoras necesarias para cubrir responsabilidades.