En ese juego de apuestas estratégicas y contactos entre profesionales de alto copete reunidos en la feria Gastech, 30.000 asistentes y 700 expositores, destaca al profano un estand de Nedgia con coche incorporado. Un poste de recarga de gas para vehículos, ejemplo de las alternativas que abre el gas en términos de movilidad y ahorro de costes.

El comité de expertos para la transición energética ya apuntaba que el gas "puede convertirse en el combustible preferido por los usuarios de coches, permitiendo alcanzar los objetivos de reducción de emisiones. Para ello sería preciso diseñar un marco estratégico para el desarrollo de puntos de recarga, tanto eléctrica como de gas natural". Explican los profesionales de Nedgia que su cargador de gas es ya una alternativa sería a los vehículos eléctricos y baza de ahorro frente a cualquier coche gasolina o diésel.

GAS COMPRIMIDO

Es un recargador de gas comprimido, básicamente un compresor diseñado para ser instalado en un párking privado. Dicen que en unas seis horas permite rellenar un depósito que otorga una autonomía de unos 400 kilómetros. Eso desde una instalación de gas doméstica. La recarga en una gasinera se hace en un par de minutos. ¿Y el precio? Ese es el gran atractivo. Aseguraban en un comparativo los colegas de coches.net que el coste era de unos 3,25 euros por litro a los 100 kilómetros en una prueba combinada (ciudad, carretera, autopista) frente a los 7,2 euros del coche gasolina y el híbrido, los 6,9 euros del diésel, o los 6,1 euros del GLP (gas licuado).

Otro de los factores que convence es el factor medioambiental: reducción de las emisiones de NO2 del 100% y del 30% en CO2, y un 50% más silencioso que el diésel (el motor GNC es como el gasolina).

Nedgia comercializa ese compresor doméstico por unos 2.000 euros. Un conductor ocasional, de los de 10.000 kilómetros al año, podría amortizar la inversión en unos tres años, según David Fernández, responsable de movilidad de Nedgia. Un profesional (taxistas o profesionales del transporte) compensaría el asunto de manera rápida. Con 20 euros, un coche preparado para alimentarse con gas comprimido haría unos 555 kilómetros (275 con gasolina). Es una solución de movilidad muy utilizada en países como Brasil o Italia (un millón de vehículos), con una red de gasineras más desarrollada. "Lo cierto es que las culpables de no haberse desarrollado en España un mercado más amplio han sido las petroleras, porque en otros países la alternativa de gas comprimido está muy extendida, es una tecnología probada", explica Fernández.

La asignatura pendiente es la red de gasineras. Pero el plan de expansión está en marcha. La Unión Europea colabora en el proyecto Eco-gate con 10 millones de euros para la instalación de 21 gasineras en España a corto plazo, con lo que habrá en torno a 150 a finales de este año. Una alternativa más es esa transición energética que viene.