Sin atisbo de autocrítica y mediante un relato triunfalista, el ministro de Economía, Luis de Guindos, defendió ayer que el rescate europeo a la banca que pidió su Gobierno sirvió para «evitar la salida de España de la zona euro y que los depositantes tuvieran que asumir ninguna pérdida». Una situación a la que, sostuvo, se vio abocado el país por los errores del Gobierno de Zapatero: «Sin duda se podría haber actuado en el 2003, pero se tendría que haber actuado mucho más en el 2004, el 2005 y el 2006».

Su intervención en la comisión de investigación de la crisis en el Congreso tuvo como principal objetivo exculpar al Ejecutivo de Aznar, del que fue alto cargo bajo la dirección de su vicepresidente y hoy enemigo Rodrigo Rato.

El ministro sostuvo que la burbuja del crédito e inmobiliaria se produjo, «sobre todo, desde el 2004». Los superávits presupuestarios de Zapatero, defendió, «no eran más que un espejismo». Y todo ello, a su juicio, explica el «impacto diferencial» de la crisis económica en España respecto a otros países.

En la misma línea, criticó también que «no fue hasta finales del 2008 que se empezaron a tomar medidas», pese a las «señales alarmantes» que daba la economía. El Plan E de inversión municipal, añadió, «únicamente sirvió para desequilibrar aún más las cuentas del Estado». Y solo las «presiones» procedentes del Banco Central Europeo y del eurogrupo hicieron «virar» la política económica.

Ayudas a fondo perdido / Además, aseguró que el Gobierno anterior se dedicó a «aportar dinero a fondo perdido sin tomar medidas que realmente eliminaran las dudas existentes» sobre la banca, mientras que su Ejecutivo optó por «ser transparente, hablar con claridad y actuar con prontitud».

En este sentido, afirmó que José Luis Rodríguez Zapatero «incentivó» la salida a bolsa de Bankia con la ley que fijaba unos requisitos de capital menores para las entidades cotizadas. Y recordó, asimismo, que el Tribunal Supremo sentenció en el 2016 que la entidad bancaria estaba «al borde de la insolvencia» cuando lanzó la operación.

Guindos también negó varias de las acusaciones que le lanzó Rato hace unos días en la misma comisión, aunque pasó de puntillas por algunos aspectos. Así, aseguró que su exjefe fue el que le comunicó su «decisión de dimitir», rechazando, por tanto, haberle exigido su salida.

También defendió que los 22.424 millones de euros en ayudas recibidos por la entidad Bankia no fueron una imposición del actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, sino fruto del análisis encargado a la firma Oliver Wyman dentro del proceso del rescate financiero europeo.

Problema global / Asimismo, él mismo sostuvo que la caída del banco no fue culpa suya, como afirmó Rato, sino que las dudas sobre el grupo financiero ya habían sido señalados como el «principal foco de incertidumbre» de la banca y la economía española, y por tanto el «mayor riesgo para la moneda única», por el Fondo Monetario Internacional, las instituciones europeas, Estados Unidos, y los bancos de inversión.

Antes de su dimisión, explicó, Rato presentó varios planes de ajuste al Banco de España y al Ministerio de Economía del Gobierno de España sin lograr su aprobación.

También planteó «diferentes operaciones de fusión con diversas entidades, pero ninguna de esas operaciones se concretó». Antes de su salida, subrayó en su declaración, las acciones cayeron cerca del 35%, y ello a pesar de que manipuló su cotización con la compra de títulos propios, como quedó entonces constatado por la sanción que impuso la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la entidad en el 2016.