La tasa de inflación interanual de Japón sin tener en cuenta el impacto de los precios de los alimentos frescos, cayó en julio el 0,5%, el mayor descenso desde marzo del 2013, y suma así cinco meses consecutivos de bajada de precios. Esta situación añade más presión al Banco de Japón, que sigue muy lejos de su objetivo de inflación del 2%, pese a las medidas de estímulo introducidas bajo por el programa económico del primer ministro, Shinzo Abe.

El débil dato de inflación se suma así al enfriamiento de la economía nipona cuyo producto interior bruto (PIB) se ralentizó significativamente durante el segundo trimestre, al registrar un crecimiento anualizado del 0,2%, frente al 2% del dato revisado correspondiente a los tres primeros meses del 2016. En agosto el gobierno de Abe aprobó un nuevo plan de estímulo económico por un montante de 28,1 billones de yenes (247.790 millones de euros).