Lo que no logró la mayor quiebra de la historia (Lehman Brothersen el 2008) ni que España se situase al borde del rescate europeo (prima de riesgo de 649 puntos básicos en julio del 2012) lo han logrado los votantes del Reino Unido. El Ibex 35 se ha hundido un histórico 12,35% (6,9% en la semana, la cuarta seguida a la baja), a los 7.787,7 puntos. Ello significa que más de 55.000 millones de euros de valor se han volatilizado en las apenas ocho horas y media que dura su sesión. La de este viernes ha sido la peor desde que el índice fue creado en 1992.

El selectivo español ha estado muy penalizado por el fuerte peso de los bancos (el sector que más sufre en momentos de incertidumbre) y de firmas con fuerte presencia en el Reino Unido (como AIG o Ferrovial). Con todo, ha sido un ahogado más de la tormenta que ha devastado los mercados. Los inversores han entrado en pánico vendedor por tres factores. Uno es coyuntural: en las últimas sesiones las encuestas habían hecho cundir la sensación de que triunfaría el no al 'Brexit', con lo que las bolsas han tenido que revertir las subidas previas (8% en cinco sesiones).

A ello se suma otro estructural y más preocupante: la perspectiva de las empresas se ha deteriorado por el impacto directo que sufrirán las compañías con presencia en el mercado británico y el indirecto que padecerá el conjunto del tejido empresarial europeo debido al golpe que va a sufrir la economía del continente. Los analistas auguran que la economía británica caerá fuertemente hasta situarse en estancamiento o recesión el año que viene, mientras que la de la zona euro se desacelerará unos 0,5 puntos.

PÁNICO AL FIN DE LA UE

El mayor temor de los inversores y la principal causa de la debacle, con todo, es que el referéndum marque el principio del fin del proceso de construcción europea. "El futuro de la Unión Europea está en cuestión", han advertido en Axa, acertando a resumir el miedo predominante en el mercado. "Para el resto de la Unión Europea, creemos que las implicaciones políticas son más importantes que el impacto económico y financiero: los malos tiempos están por llegar", ha alertado ante el aumento del "populismo y el nacionalismo" en el continente.

Esta es una de las razones de que bolsas como la española, laitaliana (12,5% de caída) o la griega (13,4%) hayan caído más que la alemana (6,82%), la francesa (8,04%) la holandesa (5,7%), o el índice que agrupa a las 50 mayores empresas europeas (8,5%). La confianza del mercado en los países del continente con más problemas de finanzas públicas depende en buena medida de la red de seguridad que les supone estar integrados en la UE. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha asegurado que está "listo para suministrar liquidez adicional, si fuera necesario, en euros y otras divisas" (también lo ha afirmado la Reserva Federal y el de Inglaterra ha anunciado una inyección de 250.000 millones de libras).

LA LIBRA SALVA LA BOLSA BRITÁNICA

El selectivo que mejor comportamiento ha tenido de los grandes de Europa, paradójicamente, ha sido el británico (caída del 3,1%). Se debe, con todo, a la caída de la libra, que por momentos ha llegado a bajar a niveles de 1985, si bien posteriormente ha moderado su retroceso hasta el 8,29% y los 1,36 dólares. El debilitamiento de su moneda es bueno para las empresas del país, pues abarata su exportaciones, pero al tiempo reduce la riqueza relativa de sus habitantes. El euro también ha sufrido un varapalo, aunque menor: ha caído el 2%, hasta los 1,11 dólares.

Como es habitual en momentos de incertidumbre, los inversores han optado por vender los activos con más riesgo y comprar los más seguros. Así, el oro ha llegado a repuntar un 5%, hasta los 1,3 dólares (máximo anual), y la rentabilidad de la deuda alemana a 10 años ha caído al -0,06%. En consecuencia, la prima de riesgo española se ha elevado de los 138 puntos básicos del jueves a los 168, con la rentabilidad del bono en los 1,646%, si bien ha llegado a alcanzar los 197 puntos (niveles del 2014).