El sistema financiero se ha reforzado. Los grandes bancos están mejor capitalizados. Las bolsas viven una época boyante. Y las condiciones para acceder al crédito se han suavizado. Esas son algunas de las conclusiones que deja el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe sobre la Estabilidad Financiera Global, presentado ayer en Washington. El documento constata los avances para apuntalar el sistema financiero, que ha sabido capear hasta ahora las maniobras para normalizar la política monetaria, particularmente en Estados Unidos. Pero también advierte de los crecientes riesgos a medio plazo. «Mientras las aguas parecen calmadas, las vulnerabilidades están tomando cuerpo bajo la superficie», aseguró su consejero financiero, Tobias Adrian.

Esos riesgos se manifiestan varios ámbitos, empezando por los mercados bursátiles, que están inmersos en los que algunos llaman ya como una época de «exuberancia irracional», lo que podría traducirse como una inquietante burbuja. «La búsqueda de rendimientos podría haber ido demasiado lejos. Simplemente, hay demasiado dinero en busca de unos pocos activos de alto rendimiento», dijo Adrian. Un problema que se deriva de la escasa rentabilidad que ofrecen los depósitos bancarios y otros vehículos tradicionales de inversión debido a los bajísimos tipos de interés que siguen siendo la norma en las grandes economías avanzadas.

También preocupa el abultado endeudamiento de las empresas y los hogares en los países del G-20, las mayores economías del planeta. «El endeudamiento en el sector privado es hoy mayor de lo que era antes de la crisis financiera», asegura el informe. Como muestra ofrece un dato. En las economías avanzadas, la deuda de los hogares como porcentaje del PIB ha pasado de ser el 35% en 1980 al 65% en 2016. Desde la crisis su incremento se ha ralentizado, pero no se ha detenido. «Aunque esto ha ayudado a facilitar la recuperación económica, ha dejado al sector no financiero más vulnerable ante los cambios en los tipos de interés».

A estos dos borrones que empañan el horizonte, habría que añadir los desafíos que presenta la expansión del crédito en China, un proceso rápido y complicado que, a ojos del FMI, presenta «elevados riesgos para la estabilidad financiera».

Bancos más sólidos / Dicho esto, el informe del FMI es bastante más optimista que de costumbre. La limpieza en el sistema bancario de los últimos años ha hecho desaparecer a las entidades más débiles, pero, al mismo tiempo, ha servido para reforzar la solidez de los mastodontes, que han mejorado su capitalización y «se han adaptado al cambiante clima regulatorio y de mercado».

Todo ello se ha traducido en un mayor acceso al crédito, superando uno de los problemas que ha trabado la recuperación. «Globalmente, las condiciones financieras acomodaticias y la bonanza en los mercados han ayudado a promover el crecimiento y reparar los balances», dice el FMI.